En la madrugada del 17 de diciembre de 2025, cinco aviones de combate de la Fuerza Aérea y la Armada de EE. UU. sobrevolaron la zona marítima que bordea Venezuela, intensificando la ya latente tensión entre ambos países. La medida forma parte de las operaciones rutinarias de vigilancia y disuasión que Washington mantiene en el Caribe, mientras emite advertencias a aerolíneas y gobiernos de la región sobre la seguridad del espacio aéreo venezolano.
Operación aérea
Según fuentes del Departamento de Defensa de EE. UU., cinco aviones de combate – dos F‑16 Fighting Falcon, dos F‑15 Eagle y uno F/A‑18 Super Hornet – ejecutaron un vuelo de reconocimiento y patrulla sobre la zona marítima del Caribe que limita con Venezuela el 17/12/2025. La maniobra se realizó a una altitud de aproximadamente 15.000 pies y a una distancia de 30 a 50 millas náuticas de la costa venezolana, dentro de lo que Washington considera “área de interés estratégico”.
Reacción de Venezuela
El gobierno venezolano calificó la presencia de las aeronaves como una “provocación” y emitió un comunicado a través del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, solicitando a EE. UU. que cese cualquier actividad que pueda considerarse una intrusión en su soberanía. Hasta el momento, no se registraron incidentes ni interceptaciones por parte de la Aviación Militar Venezolana.
Contexto de la alerta
En paralelo, el Departamento de Estado reiteró la advertencia a aerolíneas sobre el “empeoramiento de la situación de seguridad” en el espacio aéreo venezolano, instándolas a revisar sus rutas y considerar alternativas de vuelo. El anuncio se produce luego de que el Servicio de Gestión del Tráfico Aéreo de EE. UU. (FAA) actualizara su alerta de tráfico, señalando riesgos potenciales para la navegación civil.
Implicaciones regionales
Este episodio se enmarca en una serie de tensiones entre Washington y Caracas que se remontan a años, agravadas por sanciones económicas y acusaciones mutuas de actividades desestabilizadoras. Los analistas de seguridad consideran que la operación forma parte de una estrategia de presencia constante, destinada a vigilar la situación política y evitar sorpresas estratégicas en la cuenca del Caribe.