Según el Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA‑CONICET), en diciembre de 2025 una familia típica del Área Metropolitana de Buenos Aires gastó, sin subsidios, 183.410 pesos en servicios públicos. El gasto subió 5,7 % frente a noviembre y 31 % respecto a diciembre de 2024, situándose como la mayor presión mensual sobre el presupuesto familiar.
Un gasto histórico para los hogares del AMBA
En diciembre de 2025 la canasta de servicios públicos –que incluye energía eléctrica, gas natural, agua potable y transporte público– alcanzó un promedio de 183.410 pesos por hogar, según el informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y el CONICET. Este registro supera al de diciembre de 2024 en un 31 % y muestra un incremento mensual del 5,7 % respecto a noviembre.
¿Qué impulsa el aumento?
El reporte señala que la actualización de los cuadros tarifarios en todos los rubros y un mayor consumo de energía eléctrica, provocado por las altas temperaturas de verano, fueron los factores principales. Cada servicio revisó sus tarifas y los hogares, sin la protección de subsidios, absorbieron el impacto íntegro.
El transporte vuelve a ser el mayor peso
Dentro de la canasta, el transporte público se mantuvo como el componente con mayor peso relativo en el gasto familiar, superando a la energía eléctrica y al agua. La subida de los precios del boleto y el incremento de la demanda durante la temporada alta contribuyeron a que el gasto en movilidad fuera el más sensible a la inflación.
Contexto de los subsidios
Aunque el informe indica que los subsidios siguen cubriendo una parte significativa de los costos, el cálculo presentado corresponde a hogares sin recibir ningún apoyo estatal. En la práctica, la carga real sobre la mayoría de las familias se reparte entre los cargos directos y la ayuda gubernamental, pero el dato de 183.410 pesos representa la cifra que debería afrontar quien paga la tarifa completa.
Implicancias para la economía familiar
Con salarios que no crecen al mismo ritmo que la inflación, este aumento de los servicios fijos erosiona la capacidad de consumo de los hogares del AMBA, limitando el acceso a bienes y servicios no esenciales. Los analistas advierten que la presión sobre los presupuestos familiares podría traducirse en una menor demanda en otros sectores de la economía local.
¿Qué pueden hacer los consumidores?
Ante este escenario, la recomendación de los expertos es buscar ahorros de energía, revisar planes tarifarios y, cuando sea posible, aprovechar los subsidios existentes. Asimismo, la planificación del consumo de agua y gas, y la optimización de los desplazamientos mediante el uso de transportes alternativos, pueden mitigar parcialmente el impacto del alza de precios.
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