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La proteína C‑reactiva supera al colesterol como principal marcador cardiovascular

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Una nueva recomendación del Colegio Americano de Cardiología sitúa a la proteína C‑reactiva (PCR) por encima del colesterol como el indicador más fiable del riesgo cardíaco, impulsando cambios en los chequeos médicos rutinarios a nivel mundial.

La inflamación crónica como eje del riesgo cardiovascular

Las enfermedades del corazón siguen siendo una de las principales causas de muerte en los países occidentales. Durante décadas el colesterol, y especialmente el LDL, fue el parámetro central para evaluar el riesgo. Sin embargo, la investigación de los últimos veinte años ha demostrado que la inflamación de bajo grado es el verdadero motor del daño vascular.

Qué es la proteína C‑reactiva

La PCR es una proteína producida por el hígado en respuesta a procesos inflamatorios. Su medición se realiza mediante un sencillo análisis de sangre y permite detectar la inflamación sistémica antes de que se manifiesten eventos graves como infartos o accidentes cerebrovasculares.

Valores de referencia

Según la especialista Mary J. Scourboutakos, publicados en The Conversation, valores menores a 1 mg/dL indican bajo riesgo, mientras que niveles superiores a 3 mg/dL se asocian a una mayor probabilidad de eventos cardiovasculares. En Estados Unidos más de la mitad de los adultos presentan cifras elevadas.

Recomendación oficial

En septiembre de 2025 el Colegio Americano de Cardiología recomendó incorporar la medición universal de la PCR en los chequeos de adultos, complementándola con los estudios lipídicos tradicionales. El objetivo es construir un perfil de riesgo más completo y permitir intervenciones preventivas personalizadas.

Otros marcadores y la visión integral

El colesterol ya no es el único protagonista; se incluyen también la apolipoproteína B y la lipoproteína(a), esta última esencialmente hereditaria y medida una sola vez en la vida. La PCR, a diferencia de ella, puede modificarse mediante cambios en el estilo de vida.

Cómo reducir la PCR

Una alimentación rica en fibra, frutas, verduras, frutos secos y semillas, junto con ejercicio regular, control del peso, buen descanso, manejo del estrés y la eliminación del tabaco, ha demostrado reducir los niveles inflamatorios.

Impacto en Latinoamérica

Si bien la recomendación se aplicó primero en EE.UU., los especialistas coinciden en que su extensión a América Latina es crucial, dado el alto impacto de las enfermedades cardiovasculares en la región.

Fuente: novedadesdelsur.com.ar

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