El gobierno de Javier Milei mostró una macroeconomía con inflación más baja, superávit fiscal y un dólar barato, pero la transformación microeconómica avanza lenta y desigual. El análisis explora cómo la visión schumpeteriana de destrucción creativa se contrapone al escepticismo keynesiano, y qué consecuencias tendrá para el empleo y la distribución regional en los próximos años.
Contexto macro bajo el gobierno de Milei
Desde su asunción, el Ejecutivo ha impulsado políticas que redujeron la inflación, generaron un superávit fiscal y apreciaron la moneda. La apertura a importaciones, favorecida por la caída del tipo de cambio, ha permitido que los consumidores encuentren precios más bajos, impulsando un breve repunte electoral que le valió al presidente el 41 % de los votos en las elecciones de medio término de 2025.
Impacto en la microeconomía: la lenta reconfiguración
El beneficio macroeconómico no se traduce automáticamente en bienestar para todos los sectores productivos. La sustitución de producción nacional por importada está destruyendo empresas en áreas como agro, industria, energía y construcción, mientras que solo el sector de restaurantes y hoteles registra un ligero aumento de 592 nuevas firmas.
Datos de empleo y cierres de empresas (Nov 2023 – Aug 2025)
- Reducción de empleadores: ~19 000 (≈30 por día).
- Despidos registrados: ~277 000 puestos (≈433 por día).
- Cierres netos por sector:
- Agricultura, pesca y minería: -1 291 firmas.
- Industria: -1 091.
- Electricidad, gas y transporte: -2 607.
- Construcción: -1 630.
- Comercio: -1 307.
- Intermediación financiera: -103.
- Inmobiliarias y servicios: -4 851.
- Educación, servicios sociales y salud: -1 351.
- Otras actividades: -2 177.
El dilema del equilibrio general
La teoría de la “destrucción creativa” de Schumpeter anticipa que la eliminación de empresas ineficientes libera recursos que se reinvierten en nuevos proyectos, generando empleo de mayor calidad. Milei asume que estos procesos ocurren casi simultáneamente: la apertura de importaciones abarata precios, los recursos se ahorran y, en teoría, el sector privado reinvierte rápidamente.
Los economistas keynesianos advierten que la transición suele ser más lenta. La subocupación y el desempleo estructural pueden prolongarse hasta que los sectores emergentes absorban la mano de obra desplazada. Además, la movilidad geográfica y la reconversión de habilidades son requisitos críticos que la realidad argentina aún no garantiza.
Perspectivas para 2026‑2027
Si la reconfiguración productiva avanza a ritmo esperado, el gobierno podría ganar entre 5 y 10 puntos porcentuales en la próxima elección. En caso contrario, la pérdida de empleo y la creciente informalidad podrían costarle esos mismos puntos, comprometiendo la continuidad del proyecto.
El caso de Nahuel Gómez, despedido de Whirlpool y que contempla mudarse a Añelo (Neuquén) para buscar empleo en la minería o construcción, ejemplifica la incertidumbre que enfrentan miles de trabajadores mientras la economía se reestructura.
Conclusiones
El éxito del experimento económico de Milei depende de la capacidad del Estado y del sector privado para generar nuevas oportunidades al mismo ritmo que desaparecen los empleos tradicionales. El reto será equilibrar la velocidad del ajuste con la inclusión social, evitando que la “destrucción creativa” se convierta en una ola de desempleo prolongado.
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