Expertos de salud explican cómo incrementar la ingesta de fibra alimentaria puede reforzar la memoria y salvaguardar la salud cerebral, resaltando la importancia del eje intestino‑cerebro y ofreciendo recomendaciones prácticas para la dieta diaria.
¿Qué es la fibra y por qué es esencial?
La fibra dietética es el conjunto de carbohidratos no digeribles presentes en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. A diferencia de otros nutrientes, la fibra no se absorbe en el intestino delgado; llega al colon donde actúa como combustible para la microbiota intestinal.
El vínculo entre fibra, microbioma y cerebro
Según los especialistas citados en Infobae, una microbiota equilibrada produce metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que modulan la inflamación y la señalización neuronal. Ese eje intestino‑cerebro está asociado a mejoras en la plasticidad sináptica y, por ende, en la función cognitiva.
Evidencia científica reciente
Estudios observacionales realizados en población argentina y latinoamericana han encontrado que personas que consumen al menos 25 – 30 g de fibra al día presentan mejores resultados en pruebas de memoria episódica y velocidad de procesamiento. Además, en modelos experimentales, dietas altas en fibra reducen la acumulación de proteínas beta‑amiloides, relacionadas con la enfermedad de Alzheimer.
Recomendaciones prácticas
- Desayuno: Avena integral con frutos rojos y una cucharada de semillas de chía.
- Almuerzo: Ensalada de hojas verdes, brócoli al vapor y lentejas.
- Cena: Quinoa o arroz integral acompañados de verduras asadas y garbanzos.
- Snacks: Manzana con piel, zanahorias crudas o un puñado de nueces.
Los expertos enfatizan que la variedad es clave: combinar frutas, verduras, legumbres y granos integrales garantiza la ingesta de diferentes tipos de fibra (soluble e insoluble) y maximiza sus beneficios.
Conclusión
Incorporar más fibra a la alimentación cotidiana no solo favorece la salud digestiva, sino que, a través del eje intestino‑cerebro, fortalece la memoria y protege al cerebro de procesos degenerativos. Adoptar estos hábitos es una medida preventiva accesible y basada en evidencia científica.