La petrolera Aconcagua Energía entró en default, incumpliendo el pago de u$s 230 millones. Esta situación pone en riesgo inversiones millonarias en Río Negro y Mendoza, generando incertidumbre en el sector energético argentino y planteando interrogantes sobre la gestión económica de la empresa. El evento resalta las dificultades que enfrentan algunas compañías para acceder a dólares en el contexto actual.
Aconcagua Energía en default
La empresa petrolera Aconcagua Energía se declaró en default el 16 de junio de 2025, al no poder afrontar el pago de una deuda de u$s 230 millones. Este incumplimiento genera preocupación en el sector energético argentino, especialmente considerando las inversiones millonarias comprometidas en las provincias de Río Negro y Mendoza. La situación subraya la creciente dificultad que enfrentan algunas compañías para acceder a divisas en el actual contexto económico.
Impacto en las inversiones
El default de Aconcagua Energía amenaza con paralizar o retrasar proyectos de inversión significativos en la región. Se espera que la empresa inicie un proceso de reestructuración de deuda para intentar resolver la situación y evitar consecuencias más graves. La falta de acceso a dólares, un problema recurrente en la Argentina, es uno de los factores que contribuyó a la crisis de la empresa.
Contexto económico
La situación de Aconcagua Energía refleja los desafíos que enfrentan las empresas argentinas en un contexto económico complejo, caracterizado por la escasez de dólares y la volatilidad cambiaria. La falta de acceso a financiamiento internacional dificulta el desarrollo de proyectos de inversión y pone en riesgo la estabilidad financiera de numerosas compañías. Analistas económicos advierten sobre la necesidad de implementar políticas que fomenten la inversión y la generación de divisas para evitar nuevas situaciones de este tipo.
El proceso de reestructuración
Se espera que Aconcagua Energía presente en los próximos días un plan de reestructuración de su deuda a sus acreedores. Este plan deberá ser aprobado por los bonistas para evitar consecuencias legales y financieras más severas. El éxito de la reestructuración dependerá de varios factores, incluyendo la capacidad de la empresa para negociar con sus acreedores y las condiciones generales del mercado financiero.
