Tras la alarmante cifra de 96 muertes derivadas de fentanilo adulterado y la presión de las familias afectadas, el kirchnerismo ha permitido un foro formal para discutir la regulación y la respuesta sanitaria. El Congreso se convierte en el escenario de un debate abierto que podría moldear la política de sustancias controladas en el país.
Crisis de fentanilo en Argentina
Desde que se detectó el primer caso de fentanilo adulterado en la zona norte, la ola de muertes ha ido en aumento. La cifra oficial alcanza los 96 fallecidos, con confirmaciones en provincias como Formosa, Córdoba, Santa Fe y la zona de Bahía Blanca. Investigaciones de la ANMAT señalan que el material contaminado proviene de cadenas de suministro internacionales, afectando la seguridad de la población.
Presión de las familias y el PRO
Grupos de familiares de víctimas han organizado campañas de protesta frente a edificios gubernamentales, pidiendo respuestas y justicia. El partido PRO, con un historial crítico al gobierno, ha unido sus voces, forzando la agenda pública y la necesidad de un debate formal. Las demandas incluyen una regulación más severa y la protección de los ciudadanos contra drogas adulteradas.
Apertura del debate político
El presidente y su gabinete, ante el creciente clamor, decidieron habilitar un espacio dentro del Congreso para discutir el tema. El objetivo es: evaluar la situación sanitopara crear normativas claras sobre la producción, distribución y consumo de fentanilo y sus variantes. El debate incluye a expertos en toxicología, representantes de la ANMAT y activistas.
Reacciones y expectativas
La iniciativa del gobierno ha recibido una respuesta mixta. Por un lado, organizaciones de derechos humanos y familiares apoyan la transparencia; por otro, sectores económicos temen restricciones que puedan afectar la industria farmacéutica. Se espera que el foro culminen con un proyecto de ley preliminar que establezca controles de calidad y una campaña de prevención.