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El Mar Muerto revela sus secretos: cómo nacen las impresionantes capas de sal

En el corazón del desierto del Medio Oriente, el Mar Muerto no solo es famoso por su baja gravedad, sino también por sus espectaculares formaciones de sal. Científicos explican cómo la evaporación, la química del agua y la geología única del valle crean montículos y paneles cristalinos que cautivan a visitantes y expertos por igual.

El Mar Muerto, un lago salino que se extiende entre Israel, Jordania y Cisjordania, sigue siendo uno de los fenómenos naturales más intrigantes del planeta. Con una salinidad de aproximadamente 34 %, su agua posee un punto de ebullición elevado y permite que sus cristales se formen de manera rápida y abundante. La densidad reducida del agua, combinada con la alta concentración de sales como el cloruro de sodio y el cloruro de magnesio, lleva a que cuando el agua se evaporó, los minerales precipitados se depositen en capas gruesas.

El proceso de formación de las estructuras de sal comienza cuando la corriente de agua que entra al mar muelle de la cuenca se reduce a la mitad. La temperatura del sol y la brisa del desierto aceleran la evaporación, lo que deja atrás una solución saturada. A medida que los evaporados aumentan, la solubilidad de los cloruros disminuye y los cristales se forman en la superficie de la cuenca.

Estos cristales crecen lentamente, creando picos de color amarillo brillante y hasta 30 centímetros de altura en algunos lugares del borde del lago. Entre las formaciones más notable se encuentran los “palmeras de sal”, pilas de bloques que se alinean en forma de columnas y estructuras parecidas a montículos que pueden llegar a 60 metros si se consideran los estratos subterráneos. Las capas de sal que se forman cada año crean una especie de “capa de tiempo” que los geólogos pueden usar para estudiar la historia geológica del área.

Una de las causas de la espectacularidad de la formación de la sal está en la falta de organismos que descompondan estos cristales. En el mar salado, la mayoría de los microorganismos habituales están muertos por la alta salinidad, lo que significa que la sal depositada se conserva sin intervención biológica. Además, las diferencias de temperatura entre el día y la noche en la región provocan que los cristales se expandan y contraigan, intensificando los patrones de brillo y color.

Pero el fenómeno no es solo visual. El alto contenido de sílice y otros minerales hace que el mar sea un gran recurso para la industria cosmética, que extrae el polvo de sal y los olivos para productos de belleza. Asimismo, en los últimos años el fenómeno de la sal se ha aprovechado en la fabricación de paneles fotovoltaicos que usan la sal como material aislante, aprovechando así la energía solar del desierto.

El Mar Muerto continúa desafiando a los científicos con sus condiciones extremas. Hoy, la tendencia de la reducción del nivel del agua debido al uso de ríos que atraviesan la cuenca plantea preocupaciones sobre la preservación de estas estructuras. Sin embargo, el espectáculo de cristales que se ve en la costa sigue inspirando a académicos, poetas y turistas que buscan comprender por qué la tierra guarda tanto misterio y belleza dentro de sus paredes saladas.

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