Recientemente, varios informes de Estados Unidos han descrito la aparición de conejos con extraños tentáculos en su cabeza, generando miedo y confusión en la población y alertando a las autoridades sanitarias. La inesperada observación, que parece ser producto de un virus, ha captado la atención de especialistas, quienes aconsejan a la gente mantener distancia y evitar tocar a los animales.
El fenómeno se volvió público en septiembre de 2024 cuando un video de un conejito con una proyección que parece tentáculo sobre su cráneo se viralizó en redes sociales. Según el portal Infobae, la criatura fue encontrada en una zona rural del estado de Texas, donde se reportó que llevaba unas extensiones anómalas que lo hacían parecer un ser de otro mundo.
Las autoridades sanitarias de la U.S. Centers for Disease Control (CDC) emitieron una alerta preventiva, recomendando a la población evitar el contacto con los animales y asegurando que no se ha confirmado la presencia de una especie distinta a las normal. Los expertos en virología han descartado la posibilidad de una nueva especie de conejos con tentáculos, citando la falta de datos genéticos que lo avalen.
La historia recuerda el mito de los ‘Frankenbunnies’, un rumor viral de 2013 que se difundió en internet cuando una imagen alterada mostraba la cabeza de un conejo con una extraña apéndice. A diferencia de ese caso, las imágenes recientes presentan una figura que no está alterada y se asemejan a una entidad biológica real, aunque todavía no se dispone de estudios científicos que lo confirmen.
La comunidad científica y el público han reaccionado con cautela; mientras algunos expertos llaman a no alimentar a los animales y a informar a las autoridades locales, otros piensan que se trata de un fenómeno ecológico anormal que requiere vigilancia.
Una teoría sugiere que una mutación de un virus de la familia parvovirus, que suele afectar a pequeños mamíferos, podría haber inducido la aparición de estas proyecciones en el tejido conectivo del cráneo del conejo. Sin embargo, hasta la fecha no se han publicado pruebas concluyentes en las revistas de revisión por pares.
En cualquier caso, la autoridad del Departamento de Salud del estado de Texas ha desplegado un equipo de científicos y veterinarios que están estudiando los especímenes en un laboratorio de Bioseguridad Nivel 3. La investigación busca determinar tanto el origen de la anomalía como su potencial contagiosidad y riesgos para la salud pública.
Los expertos aconsejan a la población que eviten acercarse a estos animales y que notifiquen cualquier sospecha de enfermedad a los servicios de salud locales, asegurando que las autoridades están preparadas para actuar ante posibles brotes.