La ciudad de Berlín ha condenado con firmeza la propuesta del gobierno israelí de expandir las colonias en Cisjordania, calificándola de violación flagrante del derecho internacional y amenaza directa a la viabilidad de un futuro Estado palestino. La decisión, publicada el 15 de agosto de 2025, refuerza la presión internacional para que se detenga la expansión colonial y se respeten los acuerdos de paz.
Alerta internacional desde Berlín
El ayuntamiento de Berlín, en una rueda de prensa el 15 de agosto de 2025, emitió una declaración contundente condenando el plan israelí para ampliar las colonias en Cisjordania. El documento calificó la propuesta como una “división artificial” del territorio palestino y una amenaza directa al sueño de un Estado independiente.
Qué implica el plan israelí
El proyecto, anunciado en enero de 2025 por las autoridades israelíes, contempla la creación de diez asentamientos nuevos y un aumento estimado de diez mil colonos. Con esta expansión, el número de residentes judíos en Cisjordania se elevaría a alrededor de setecientos veinte mil habitantes, superando el 70 % del total poblacional de la región.
Reacciones en Europa
El Parlamento Europeo y la política exterior de varios países se alinearon con la posición de Berlín. El presidente de la Comisión Europea manifestó que la medida viola los convenios de Oslo y pone en peligro el proceso de paz. España y Francia también emitieron comunicados de rechazo, calificando el plan como una violación del derecho internacional.
Impacto en la realidad palestina
Los expertos señalan que la expansión de colonos alteraría la demarcación fronteriza y fragmentaría el territorio, evitando la creación de un Estado palestino viable. La presencia de colonos adicionales dificulta la vida cotidiana de los palestinos y aumenta la tensión entre las comunidades.
Próximos pasos
El gobierno de Israel ha advertido que considerará el plan definitivo a partir de 2026, con la participación de representantes locales y autoridades internacionales. Sin embargo, la presión internacional y el rechazo de Berlin sugieren una tendencia a retrasar la implementación del proyecto.