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Síndrome urémico hemolítico: síntomas, causas y 10 formas de prevenirlo

El síndrome urémico hemolítico, una complicación seria de ciertas infecciones bacterianas, afecta principalmente a niños entre 6 meses y 5 años. Con síntomas que van desde vómitos y diarrea con sangre hasta insuficiencia renal, la detección temprana y una serie de medidas de estilo de vida pueden reducir significativamente el riesgo.

¿Qué es el síndrome urémico hemolítico?

HUS es una enfermedad caracterizada por hemólisis intravascular, trombocitopenia y daño renal agudo. La forma más frecuente es la asociada a la infección por Escherichia coli O157:H7, que suele presentarse en la infancia tras el consumo de carne mal cocida, verduras sin lavar o agua contaminada.

Sintomatología clínica

Primeros días: vómitos, diarrea (con sangre o apariencia de “moco”); dolor abdominal intenso; fiebre moderada.

Signos secundarios: coloración oscura de la orina (hiperpigmentacion), hinchazón de piernas y manos, letargo, palidez y taquicardia.

Hallazgos de laboratorio: hemoglobina reducida, recuento plaquetario bajo, creatinina elevada y urea alta; presencia de microangiopatía.

Incidencia y escenarios de riesgo

En Argentina se registran alrededor de 300 casos anuales, con una incidencia concentrada en las provincias de Río Negro y Neuquén, donde la prevalencia de la cepa O157:H7 en ganado es mayor.

10 medidas preventivas concretas

  1. Lavado frecuente de manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
  2. Desinfección de superficies de cocina y baño con soluciones al 70 % de alcohol.
  3. Evitar el consumo de carne cruda o poco cocida, especialmente carne de res y de aves.
  4. Consumir lácteos pasteurizados y evitar leche cruda o productos de leche no pasteurizada.
  5. Beber agua filtrada o potable, evitando fuentes de agua no tratada durante viajes.
  6. Almacenar alimentos perecederos a temperaturas inferiores a 4 °C y separar alimentos crudos de cocidos.
  7. Monitorear a niños con diarrea que evoluciona a sangre o con palidez; buscar atención médica de inmediato.
  8. Cuidar de los animales de compañía, asegurándose de que tengan las vacunas y revisiones veterinarias adecuadas.
  9. Usar guantes descartables al cambiar pañales y limpiar excrementos de niños o mascotas.
  10. Incentivar la revisión clínica temprana y, cuando sea posible, la detección de hemoglobina y creatinina en bebés con signos de infección intestinal.

Detección temprana y seguimiento clínico

El diagnóstico precoz permite iniciar terapia de rehidratación y, si es necesario, diálisis peritoneal o hemodiálisis. El pronóstico es favorable cuando el tratamiento comienza antes de la complicación renal irreversible.

Conclusión

El síndrome urémico hemolítico sigue siendo una condición grave, sin embargo con una estrategia de prevención enfocada en la alimentación segura, la higiene y la atención médica oportuna, la tasa de complicaciones y mortalidad se reduce drásticamente.

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