La última misión de la NASA al cuerpo celeste Ceres ha revelado evidencias de un océano subterráneo y energía interna suficiente para sostener microbios, lo que convierte al planeta enano en uno de los mejores candidatos para buscar vida en el Sistema Solar.
Escena del descubrimiento
El orbitador Dawn, que completó su misión en 2018, dejó una serie de imágenes y espectros que apuntan a la presencia de agua en forma de hielo y brines salinos. Los datos sugieren que la superficie, cubiertas con escarcha, oculta un océano que podría haber coexistido durante cientos de millones de años.
¿Qué le da energía a Ceres?
Los científicos han identificado que la desintegración radiactiva de uranio, torio y potasio en el núcleo de Ceres genera una cantidad de calor que mantendría un océano líquido a temperaturas entre 130 y 167 K. Esta energía interna fue suficiente para prolongar la vida de un océano durante más de 500 millones de años, según la publicación de la NASA en 2021.
Implicaciones para la vida
La combinación de agua líquida y fuentes de energía hace de Ceres un candidato para albergar microbios fotosintéticos o quimiosintéticos. Al estar aislado de la radiación solar directa, las condiciones podrían haber protegido a una posible forma de vida de la intemperie del espacio.
Faro de búsqueda de vida
Estas conclusiones también explican por qué los rastros de actividad volcánica y las variaciones en la gravedad interna observadas por el satélite de la NASA indican la presencia de un océano que todavía se mantiene dinámico.
Datos clave sobre Ceres
Elemento | Dato |
---|---|
Diámetro | 约 940 km |
Masa | 9,43·1020 kg |
Albedo | 0,52 |
Composición aproximada | Silicato + ices de agua + sulfatos de calcio |
Profundidad estimada del océano | 10‑30 km |
Fuentes de análisis
Los resultados están respaldados por múltiples artículos de opinión científica: DW, Infobae, Gizmodo en Español, Levante‑EMV y Ámbito, que destacan la evidencia geológica y química que respalda la habitabilidad potencial.