El 28 de agosto de 2025, miles de ciudadanos israelíes se manifestaron en las calles de Tel Aviv, Jerusalén y Haifa, exigiendo un alto el fuego inmediato en Gaza y la liberación de los rehenes. La jornada se vivió con gran presencia policial y el apoyo de la comunidad internacional, incluida la señalización del Vaticano.
El 28 de agosto de 2025, el movimiento ciudadano en Israel alcanzó su punto máximo cuando decenas de miles de manifestantes marcharon por las principales avenidas de Tel Aviv, Jerusalén y Haifa, con pancartas que pedían el alto el fuego y la liberación de rehenes tras la ofensiva de Netanyahu en Gaza. Las protestas, amplificadas por la cobertura de medios locales e internacionales, incluyeron bloqueos de rutas y demostraciones de presión sobre el gobierno para que inicie negociaciones de liberación y busque una solución pacífica a la crisis. La comunidad diplomática, a través de comunicados del Vaticano y organizaciones de derechos humanos, expresó su preocupación por la prolongada violencia y la creciente demanda por la protección de los civiles. A medida que los manifestantes exigían un fin inmediato de las hostilidades, las autoridades israelíes respondieron con medidas de seguridad reforzadas y una convocatoria a un diálogo interno urgente. La protesta del día se convirtió en un símbolo del descontento popular y de la presión por la búsqueda de una solución que garantice la seguridad y la dignidad de todas las partes involucradas.