El astro argentino de Inter Miami, Lionel Messi, está decidido a conquistar otra final que le permita eclipsar el dominio de Cristiano Ronaldo en el fútbol mundial. Con la temporada 2025 ya en pleno apogeo, la meta es clara: un título que no solo solidifique su legado sino que también brille como la última pieza del rompecabezas de su carrera.
Al ser una de las figuras más emblemáticas del fútbol mundial, Lionel Messi ha permanecido siempre con la mirada puesta en lo que se considera el mayor logro: obtener un título que le permita consolidar su estatus a la par o por encima de cualquiera de sus rivales más cercanos, entre ellos el portugués Cristiano Ronaldo. La situación particular de Messi en la temporada 2025 añade un contexto fresco a esta rivalidad: tras su fichaje por Inter Miami en 2023, la estrella argentina ha vuelto a la escena con la ambición de alzar un trofeo internacional que complemente la larga lista de logros que cuenta. En 2023, Messi obtuvo el prestigioso Ballon d’Or por séptima vez, dejando a su competidor portugués quince años atrás en la carrera de los premios individuales. Mientras tanto, Ronaldo ha acumulado cinco ligas inglesas y varios títulos europeos, pero ambos comparten la meta de alcanzar la última pieza de la ecuación de sus carreras. Para Messi, la idea de competir nuevamente en una final donde pueda enfrentarse a Ronaldo se vuelve cada día más real, ya que el Club de América de Inter Miami ha llegado a la fase de finales de la Leagues Cup, con la expectativa de un encuentro que atraiga a toda la comunidad futbolística global. La preparación se centra en la fase de cuartos, donde el equipo ha logrado un impresionante marcador de 4‑1 contra el club rival, asegurando su entrada a la ronda final. La fecha de la final se fija para el 30 de octubre, y todos los ojos se centrarán en cómo la jugada final será decidida, no solo por la calidad táctica sino también por el choque de leyendas. A la luz de estos hechos, se afirma que Messi no solo busca ganar un título adicional, sino también registrar un episodio donde la rivalidad con Ronaldo se consolide en la historia del fútbol, dejando una huella que se perciba mucho tiempo después de que el balón desaparezca de la cancha.