En una reveladora investigación de 2025, el cerebro demuestra que selecciona información relevante durante el aprendizaje y que la presión emocional puede comprometer su funcionamiento. El estudio con resonancia magnética funcional, centrado en la corteza prefrontal y la cingulada anterior, abre nuevas miradas sobre la ansiedad y el estrés postraumático.
Introducción
El cerebro actúa como un filtro que decide qué datos son más útiles para el aprendizaje y la memoria. Esta función se activa en regiones clave como la corteza prefrontal y la cingulada anterior. En 2025 se realizó un estudio de resonancia magnética funcional con 120 adultos entre 18 y 45 años que mostró cómo el reconocimiento de emociones aumenta la actividad en estas áreas.
Descubrimiento de la filtración
La investigación, publicada el 29 de agosto de 2025, reveló que el proceso de filtrado reduce la carga cognitiva y facilita la consolidación de aprendizajes relevantes. Cuando el cerebro identifica una emoción, se intensifica la señal en la corteza prefrontal y la cingulada anterior, lo que sugiere una interacción directa con la regulación emocional.
Recomendaciones neurocientíficas
A partir de estos hallazgos se proponen cinco prácticas para potenciar la salud cerebral:
- Reconocimiento consciente de la emoción
- Etiquetado emocional (levar el sentimiento a palabras)
- Respiración diafragmática profunda
- Reencuadre cognitivo (cambiar la perspectiva de la situación)
- Meditación breve de tres minutos
Aplicar estas técnicas puede ayudar a regular los circuitos neuronales y a reducir la tensión emocional.
El riesgo de la ansiedad y el estrés postraumático
El neurocientífico que lidera el estudio sobre el “quiebre” cerebral bajo estrés, ha observado que la exposición prolongada a la ansiedad provoca una disfunción sostenida en la corteza prefrontal y la cingulada anterior. Este patrón explica la dificultad para procesar información y la aparición de síntomas de disociación en personas con trastorno de estrés postraumático.
Innovaciones tecnológicas
En paralelo, el CONICET visualizó por primera vez un neurorreceptor con inteligencia artificial el pasado 10 de septiembre de 2025. Esta herramienta permite mapear en tiempo real la actividad cerebral y podría ser clave para monitorear el impacto de las terapias propuestas.
El 18 de agosto de 2025 se lanzó la plataforma MammoInsight, que utiliza aprendizaje profundo para reducir las falsos positivos en mamografías. Si bien se aplica a áreas distintas, demuestra la aplicación de la IA en la interpretación de imágenes médicas.
Un estudio reciente sobre edulcorantes, publicado el 6 de septiembre de 2025, involucró a 3.000 participantes urbanos y encontró que el 70 % consumen al menos un edulcorante semanalmente. Se analizaron aspartame, sucralosa y estévia, y se descubrió una ligera correlación entre consumo excesivo y deterioro de la memoria a corto plazo.
Conclusión
La neurociencia moderna confirma que el cerebro filtra la información de forma eficiente durante el aprendizaje, pero la ansiedad y el estrés postraumático pueden sobrepasar dicha capacidad y provocar un estado de fragilidad cerebral. Las cinco recomendaciones neurocientíficas y las nuevas tecnologías basadas en inteligencia artificial ofrecen caminos prometedores para preservar y restaurar la salud cerebral a lo largo de la vida.