El gobierno de EE. UU. está considerando enviar aviones F‑35 a Brasil como respuesta a los crecientes riesgos de seguridad en la región. El plan, anunciado en agosto de 2025, busca reforzar la defensa compartida y disuadir posibles amenazas que podrían afectar al aliado más grande de América Latina.
El presidente de los Estados Unidos expresó en agosto de 2025 que su administración está contemplando la posibilidad de trasladar aviones F‑35, el catedrático de combate furtivo de la fuerza aérea, al territorio brasileño. El proyecto, que aún está en fase de estudio, surge en un contexto de intensificada actividad militar en la región y de crecientes desafíos de seguridad.
Entre las razones que motiva la propuesta destacan la reciente movilización de fuerzas en el hemisferio sur. En 19 de agosto de 2025, EE. UU. desplegó tres destructores y un grupo anfibio frente a Venezuela, mientras el presidente Maduro anunció la movilización de 4,5 millones de milicianos. Al mismo tiempo, en 23 de agosto de 2025 el ex presidente Trump afirmó que no enviaría tropas terrestres a Ucrania, reflejando la compleja coyuntura internacional.
El F‑35, con su capacidad de sigilo, sensores de largo alcance y armamento de última generación, se consideraría un instrumento clave para reforzar la autonomía de defensa de Brasil y disuadir actos hostiles. El avión cuenta con capacidades de reconocimiento, ataque aire-aire y aire-suelo, lo que lo convierte en un aliado versátil en escenarios de conflicto.
Brasil, con la economía más grande de América Latina y sede de importantes eventos deportivos y comerciales, ha buscado ampliar su colaboración estratégica con EE. UU. La asociación se habría fortalecido en 2010 con la firma del Memorándum de entendimiento sobre la transferencia de tecnología militar.
El plan de despliegue implica además la coordinación con bases aéreas brasileñas y el entrenamiento conjunto de pilotos y personal de mantenimiento. Se espera que la operación cuente con la aprobación del Congreso de los Estados Unidos y la supervisión de la Oficina de Seguridad Nacional.
Ante la propuesta, analistas internacionales señalan que el movimiento podría influir en la percepción de otras naciones latinoamericanas sobre la presencia militar de EE. UU. y generar debate sobre la soberanía regional. No obstante, los líderes latinoamericanos han expresado la disposición a colaborar en el fortalecimiento de la defensa conjunta.
En 25 de agosto de 2025, se anunció una reunión prevista entre el presidente ruso y el presidente ucraniano, mientras que las negociaciones sobre la cumbre de seguridad en la región continúan. El contexto de la guerra en Ucrania y el impulso de EE. UU. para asegurar aliados cercanos ha llevado a repensar estrategias de defensa en todo el mundo.
En resumen, el posible despliegue de aviones F‑35 a Brasil representa una respuesta estratégica a los desafíos de seguridad globales y regionales, con el objetivo de reforzar la defensa compartida y preservar la estabilidad en el hemisferio sur.