El consumo diario de frutos secos como almendras, nueces y semillas no solo mejora el sabor de la dieta, sino que también ha demostrado bajar el colesterol, la presión arterial y reducir el riesgo cardiovascular, según un estudio publicado el 29 de agosto de 2025.
El nuevo estudio publicado el 29 de agosto de 2025, en la revista Nature Aging, analizó a 200 participantes y encontró que una dieta con frutos secos aportaba un 20 % de reducción en la mortalidad cardiovascular.
Se identificaron dosis precisas para cada fruto:
• Almendras 30 g diarios reducen el LDL.
• Nueces 100 g semanales disminuyen el colesterol total.
• Pistachos 28 g al día elevan el potasio.
• Semillas de calabaza 30 g proporcionan magnesio, regulador de presión.
• Semillas de girasol 30 g son ricas en vitamina E antioxidante.
• Semilla de chía 1 cucharada aporta 2 g de omega‑3.
El mismo estudio reveló que complementar la alimentación con microejercicios de 10 min diarios, con intervalos de 30‑60 s, aumenta el gasto calórico anual en 200 kcal y mejora la circulación, la presión arterial y el metabolismo, reduciendo el riesgo de diabetes tipo 2.
Además, la suplementación con spermidina 15 mg diarios puede estimular la autofagia celular y se asoció a una reducción del 20 % en la mortalidad cardiaca.
De forma práctica, los profesionales recomiendan colocar una tazón de frutos secos al lado de la mesa de comedor o en el refrigerador, así se facilita el hábito diario.
En la guía de salud pública de Infobae, se enfatiza que la postura correcta al medir la presión arterial, con el manguito a 1‑2 cm sobre el borde de la muñeca y tomando la segunda lectura, reduce la variabilidad de resultados en un 30 %.
En conjunto, estos hallazgos refuerzan que una dieta basada en frutos secos, acompañada de actividad física leve y vigilancia de la presión, constituye una estrategia potente para proteger el corazón a largo plazo.