El mercado cambiario argentino se vio golpeado hoy con la caída del dólar oficial mayorista, que volvió a los niveles previos a las elecciones municipales de Buenos Aires en septiembre. La intervención cambiaria del 2 de septiembre, aprobada por el FMI, dejó al oficial a 1,335 ARS y al blue a 1,345 ARS, reduciendo la brecha a 10 pesos. A continuación, el análisis del escenario actual.
La intervención del 2 Sep y la nueva banda cambiaria
El presidente Javier Milei anunció el 2 de septiembre la intervención del mercado cambiario, quedando el dólar oficial mayorista en **1.335 ARS** y el dólar blue en **1.345 ARS**. El rango oficial quedó pegado dentro de la banda **1.320 – 1.350 ARS**. Esta medida, respaldada por el Fondo Monetario Internacional, redujo la brecha con el mercado paralelo a 10 pesos, la menor diferencia observada en meses.
De la crisis a la estabilización: la bajada del dólar hoy
Hoy, el dólar oficial continúa caído, acercándose a los valores que se registraron antes de las elecciones municipales de Buenos Aires el 7 de septiembre. Después de la intervención, el dólar oficial se mantenía alrededor de 1.300 ARS y la blue se situó en 1.330 ARS; hoy el oficial se desplaza a 1.335 ARS, una mejora de 5 ARS respecto a la apertura de día.
La caída fue impulsada por la compra masiva de divisas del BCRA y la confianza del mercado tras la aprobación del FMI, que estableció condiciones de transparencia y reformas estructurales.
Impacto en el mercado local y en los inversores
La reducción del diferencial oficial‑paralelo ha generado una mayor liquidez en la zona mayorista y un alivio en las transacciones de divisas. El Merval subió 12 % en las últimas sesiones tras la intervención, mientras los ADRs volvieron a subir 2 %.
El riesgo país del Gobierno argentino se mantuvo dentro del rango de **850 – 900 puntos**, antes de pasar a 1.400 puntos tras la intervención y permaneciendo relativamente estable.
Proyecciones a futuro
El BCRA mantiene su tasa de referencia en **44 %** y el encaje mínimo en **18 %**. Se espera que la política monedaria siga ajustando gradualmente las tasas para evitar sobrecalentamiento en la economía y mitigar la fuga de capitales.