En la mañana del 24 de septiembre de 2025, el expresidente Donald Trump publicó una declaración que provocó reacciones en la esfera política argentina y estadounidense. La reseña analiza la respuesta de sus críticos y el contexto de sus recientes declaraciones
El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una publicación en su cuenta de redes sociales el 24 de septiembre de 2025 en la que afirmó que los “amigos” del gobierno reciben subsidios económicos como parte de una política de apoyo a sus aliados. La frase, acompañada de la frase “está bien, pero no es correcto”, generó una ola de críticas que señalaron que la gestión de Trump favorece a figuras con sospechas de corrupción.
La reacción se vio acelerada por el reciente intercambio de mensajes entre Trump y el líder argentino Javier Milei. Milei, quien solicitaba dólares de la administración estadounidense, respondió con un comentario de agradecimiento que fue rebatido por una comunidad de ciudadanos que consideran que la financiación del presidente va dirigida a intereses partidarios y no al público.
La declaración de Trump también revivió el debate sobre la muerte de activista Charlie Kirk, quien fue asesinado el 10 de septiembre de 2025 en Utah durante una reunión con simpatizantes. El presidente Trump declaró su dolor por el suceso, pero se negó a comentar la relación de la muerte con la actividad política de Kirk, lo que añadió otro ángulo al trasfondo de la polémica.
Mientras tanto, la prensa internacional, incluyendo la Página 12, ha señalado que la postura de Trump se alinea con su historial de impulsar políticas de privatización y financiamiento directo a ciertos partidos conservadores en Estados Unidos. El artículo destaca la preocupación que muchos piensan que las ayudas económicas a grupos asociados a políticos corruptos comprometen la transparencia y la equidad gubernamental.
En el ámbito local, algunos ciudadanos argentinos y miembros del Congreso expresaron su inquietud ante la posibilidad de que las relaciones entre ambos gobiernos implicaran transferencias de recursos destinados a grupos políticos. El presidente argentino, por su parte, pidió a los organismos internacionales que mantengan la supervisión de los flujos de fondos y aseguraría que estos no favorezcan a actores con historial de sobornos.