El 8 de octubre, China abrió al público el puente de 625 metros de altura, el más alto del planeta, que tras su construcción ha reducido los desplazamientos de dos horas a solo dos minutos, marcando un hito en infraestructura y tecnología.
El 8 de octubre la República Popular China celebró la inauguración del puente más alto del mundo, situado sobre el Gran Cañón de Huajiang, con una altura vertical de 625 metros que lo ubica como la estructura de mayor lecho de canal del planeta. Este logro masivo de ingeniería no solo representa un dato impresionante, sino que también ha tenido un impacto inmediato sobre la movilidad de la región, reduciendo el tiempo de traslado entre las localidades conectadas de dos horas a tan solo dos minutos. La operación de apertura fue supervisada por autoridades del gobierno central y del Ministerio de Transporte, y la estructura incorporó tecnologías avanzadas de monitoreo y control para garantizar su seguridad y eficiencia. Los ingenieros que supervisaron la obra destacaron la innovación en los materiales de construcción, el uso de cables de alta resistencia y el sistema de suspensión que permite la flexibilidad necesaria para soportar las condiciones climáticas extremas de la zona. Desde una perspectiva económica, el puente ha abierto nuevas vías para el turismo y la logística, lo que se espera que genere ingresos adicionales y empleos en la zona. Además, la apertura del puente ha generado un interés internacional, con delegaciones de otros países observando la tecnología y discutiendo posibles colaboraciones futuras. En cuanto a la sostenibilidad, la administración local informó que los sistemas de generación de energía renovable se integraron en la estructura, reduciendo así la huella de carbono del proyecto. El evento contó con la presencia de funcionarios regionales, representantes de la industria de la construcción y la prensa internacional, y se transmitió en vivo a miles de espectadores en todo el mundo.