Hace un cuarto de siglo un análisis dijo que su cerebro sufriría Alzheimer antes de los 65. Hoy, 2025, esa persona sigue con una memoria impecable, dejando a expertos maravillados por su resiliencia genética y de estilo de vida.
Hace 25 años un estudio genético indicó que el paciente tenía un riesgo muy alto de desarrollar Alzheimer antes de cumplir 65 años. El diagnóstico se basó en la presencia del alelo APOE4, uno de los marcadores más conocidos de predisposición.
El caso se volvió de gran interés cuando, a la fecha actual de 2025, el individuo, que tiene 70 años, no presenta signos de deterioro cognitivo. Sus exámenes neuropsicológicos, reevaluados después de 25 años de seguimiento, muestran un rendimiento dentro de los rangos normales.
Los profesionales de la salud señalan que el éxito de este paciente puede atribuirse a una combinación de factores: un estilo de vida activo, una dieta rica en frutas y verduras, y ejercicios de memoria diarios. Además, su entorno social y su actividad laboral también parecen haber contribuido a preservar su función cerebral.
El caso pone de relieve la complejidad de los factores que influyen en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y abre la discusión sobre la importancia de la prevención primaria. Mientras que la predisposición genética es inmutable, la manera de vivir puede marcar una diferencia significativa.
Se espera que la comunidad científica estudie a fondo este caso para identificar mecanismos de protección que podrían aplicarse a otras personas con riesgo alto de Alzheimer.