En una excavación improvisada en Dorset, Inglaterra, un coleccionista privado halló un esqueleto casi completo de un ictiosaurio de la era jurásica, que ahora se conoce como ‘Dragón de la Espada’. Este fósil de aproximadamente 190 millones de años promete redefinir la evolución de los reptiles marinos y cerrar un vacío en la historia de los ictiosaurios.
La pieza, que mide cerca de 4,7 metros de largo y conserva la mayor parte de la columna vertebral, la cola, las aletas y una mandíbula en forma de espada, fue descubierta en el 11 de octubre de 2025 por un coleccionista privado en las dunas costeras de Dorset, Reino Unido. Tras una cuidadosa conservación, el esqueleto se está estudiando en la Universidad de Oxford y en el Museo de Historia Natural de Londres, donde los paleontólogos están analizando sus rasgos morfológicos únicos: dientes afilados con bordes en forma de sable, una larga pinza dorsal y una cola con una pluma que parece una riza de espada. Estos caracteres lo distinguen claramente de otras especies de ictiosaurios conocidos del mismo estrato de la Edad de los dinosaurios. Los expertos señalan que el hallazgo podría significar la transición de diseños de mandíbula de ictiosaurios tempranos a formas más especializadas que se observaron en especies tardías del Jurásico Superior, completando una cadena evolutiva que hasta ahora estaba incompleta. El científico principal, el Dr Emily Carter, dijo que el espécimen se ha nombrado formalmente como Ichthyosaurus sp. Dragonus, aunque la nomenclatura oficial se confirmará al publicarse la revisión en la revista Nature a fines de año. El descubrimiento está provocando cierto debate entre paleontólogos, ya que su morfología plantea nuevas hipótesis sobre la alimentación y el estilo de vida de estos reptiles marinos, así como sobre la dispersión geográfica de los ictiosaurios durante la Edad de los dinosaurios. Además, el hallazgo de un esqueleto casi intacto permite estudiar la preservación de la piel, una característica rara en esta época, y podría abrir rutas de investigación sobre la fisiología de la respiración en reptiles marinos del Jurásico. En una entrevista, el coleccionista explicó que la pieza se encontraba en una zona donde el sedimento de granito se había erosionado ligeramente, permitiendo el acceso por pasos que la gente suele pasar de largo. El futuro de la investigación apunta a integrar análisis genéticos de materiales fosilizados y estudios comparativos con ictiosaurios de otros continentes, lo que fortalecerá el conocimiento sobre el flujo de biodiversidad marina a lo largo de millones de años.