Por primera vez en su carrera, Nacho Russo anotó gol al rival Newell’s con Tigre y lo dedicó a su padre, el exjugador y entrenador Miguel Russo. El gol fue marcado con un disparo de balón detenido que terminó con la palabra de un gesto de gratitud y emoción.
El encuentro entre Tigre y Newell’s se desarrolló el 10 de octubre de 2025 en el estadio Carlos Gardel. En el minuto 57, Nacho Russo se deshizo de la defensa contraria y remató con una potente curva que se cuelga en la esquina superior izquierda del arco, convirtiéndose en el gol decisivo que aseguró la victoria 1‑0 a favor del equipo local.
Con el balón a sus pies, el joven jugador se lanzó a la pista de celebraciones y gritó: “¡Un día tan especial para recordarlo con una sonrisa!” antes de levantar el pulgar y colocar el balón en la portería con una sonrisa radiante.
Miguel Russo, que asistió al partido, expresó su orgullo y emoción: “Ese gol es el reflejo de lo mucho que he trabajado para transmitir la pasión del fútbol a mi hijo. Lo veo jugar con el mismo corazón que yo sentí cuando era joven”, añadió, con lágrima escurrida por la mirada.
El ex entrenador y aficionado de la disciplina no sólo celebró, sino que también se mostró enmarcado en la memoria de su propio padre, declarando: “Es un beso al cielo, él debe estar feliz”. Su comentario ha logrado fortalecer el vínculo entre generaciones.
El duelo fue presentado ante una audiencia de 3,5 millones de espectadores en vivo, con un promedio del 85% de ocupación en el estadio. Tigre se quedó con los tres puntos y consolidó su posición a la espera de la siguiente fase del torneo.