La campaña presidencial de Javier Milei se ha vuelto inesperadamente nacional después de que el candidato afrontara dificultades internas y escasa presencia en los tradicionales escenarios de campaña.
El escenario político argentino se afianza más que nunca, con la fecha de las elecciones presidenciales programada para noviembre 2025 que se aproxima a su vencimiento. Entre los candidatos que se han hecho notar se destaca el perfil de Javier Milei, quien al iniciar su campaña se vio envuelto en una narrativa de austeridad y sencillez, describiéndose como una campaña chata. La falta de una estrategia cohesiva, la escasa financiación y la ausencia de un respaldo organizacional robusto contribuyeron a que la campaña de Milei se extendiera a nivel nacional de forma abrupta, buscando alcanzar a un electorado cada vez más disociado de los discursos tradicionales. A pesar de la percepción de que su propuesta se mantenía simple, los partidarios de Milei afirmaron que el mensaje se había extendido masivamente a través del internet y las redes sociales, donde los seguidores compartieron fragmentos de sus discursos. El día a día de la campaña se volvió una corrida crónica de apariciones públicas y eventos virtuales en los que Milei explicó su visión de una economía libre y de un sistema político renovado. Sin embargo, la presión de la oposición y las demandas de la gente de soluciones concretas sobre la inflación y el empleo forzaron a los estrategas del candidato a repensar su posicionamiento de manera rápida. Con la fecha de las elecciones acercándose, la campaña de Milei ha sido recordada como un movimiento que, pese a las adversidades, logró capturar la atención de un sector crítico de la población. Se continúa monitoreando la evolución del panorama electoral.