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Bolivia a punto de cambiar su rumbo tras 20 años de MAS

La elección presidencial y de la Asamblea Nacional de Bolivia, prevista para el 5 de octubre de 2025, llega tras 20 años de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS). Con la reelección de Luis Arce y el ascenso de una coalición de derecha, el país se prepara para redefinir su política económica y sus relaciones regionales, especialmente con Argentina.

Bolivia se enfrenta a un punto decisivo tras veinte años de gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), que surgió en 2006 y consolidó su liderazgo con la primera elección de Evo Morales en 2007. Desde que Luis Arce ganó la presidencia en 2020, el partido ha mantenido el control de la Asamblea Nacional. El proceso electoral se oficializa con la convocatoria de elecciones generales el 5 de octubre de 2025, en la que se determinará el futuro presidente y la composición de los 130 escaños de la legislatura. Arce, candidato oficial del MAS, promueve su programa de crecimiento sostenible, el acceso a la energía y la mejora de los salarios mínimos, mientras los grupos de la derecha se organizan bajo la coalición Centro Democrático, que busca una política más abierta al mercado y reformar el régimen de los recursos naturales. El contexto económico boliviano destaca la inflación que ha superado el 10 % en 2023 y una tasa de crecimiento del 3,3 % en 2022, según datos del Banco Central. Estas cifras alimentan el debate sobre la continuidad de los programas sociales del MAS frente a la necesidad de estabilizar la economía. En cuanto a la relación con Argentina, ambos países comparten una frontera de más de 1 190 km y dependen de acuerdos bilaterales, principalmente en el flujo de energía, infraestructura y comercio. Un nuevo gobierno boliviano con tendencias derechistas podría recalibrar estos convenios y abrir nuevas oportunidades de inversión. El voto en Bolivia es un ejercicio histórico, pues el país está en un momento de transición que puede redefinir su posición en la Alianza del Pacífico y su papel en la comunidad internacional. Los resultados tendrán repercusiones no solo a nivel nacional, sino también en la agenda política y económica de la región.