En medio del caos que se cernía sobre Gaza en julio de 2023, Hamas confesó que al subir tiempo a la entrega de los cuerpos de los rehenes, Israel y EE. UU. se fueron al cole. La presión aumentó, y el 15 de julio Israel se puso a la pata de nuevo, amenazando con reiniciar su ataque. Pero lo que realmente necesitaban, según la comunidad mundial, era un GPS y no un escudo.
El drama del GPS inexistente
Julio de 2023. Con la tensión a flor de piel sobre la Franja de Gaza, Hamas admitió que los cuerpos de los rehenes no se entregarán a tiempo. La causa? Un error de cálculo que parece más propio de un GPS mal configurado que de un acuerdo internacional.
Esta confusión provocó que Israel y Estados Unidos aumentaran la presión sobre la organización palestina, exigiendo una entrega inmediata.
Las amenazas de Israel
El 15 de julio, Israel pronunció: «Si ustedes no devuelven los cuerpos, volveremos a atacar sin demora». La amenaza, que se convirtió en tema de conversación de los diplomáticos, se mantuvo pendiente mientras el mundo esperaba el GPS perdido de Hamas. Este fue el segundo anuncio en pocas semanas que Israel se mostraba dispuesto a lanzar una nueva ofensiva.
Los cuerpos identificados
Por su parte, Israel identificó dos cadáveres entregados por Hamas el miércoles anterior. Aun cuando la entrega se produjo, el acuerdo de intercambio todavía estaba colapsando como un edificio sin cimientos.
La presión de EE. UU.
Al mismo tiempo, Estados Unidos se unió a la discusión, exigiendo a Hamas que cumpliera con la entrega de los cuerpos de los rehenes. Se pidió un GPS real – es decir, una ubicación precisa y fiable del momento de entrega– para que la operación no se convirtiera en un caos administrativo.
En el periódico
- Infobae relata la admisión oficial de Hamas sobre los retrasos.
- Página 12 publica la amenaza israelí de reanudar la ofensiva.
- Clarin.com presenta una crítica a la falta de progreso en el intercambio.
- Perfil advierte que bajo el acuerdo actual, Gaza estaría expuesta a más ataques.
- La Nación confirma la identificación de los dos cadáveres entregados.
En resumen, la combinación de un GPS inexistente, la presión diplomática y la amenaza de ofensivas ha tornado la situación en Gaza en una especie de novela de suspense, donde cada retraso se siente como el ritmo de una canción de terror.