Una reciente publicación de Diario Panorama advierte que ciertos alimentos habituales pueden afectar la salud renal. Los especialistas señalan que el consumo excesivo de productos ultraprocesados ricos en sodio, refrescos azucarados y carne roja pueden poner en riesgo la función de los riñones, órgano crucial para la eliminación de desechos y la regulación del equilibrio hídrico.
¿Por qué cuidar los riñones?
Los riñones filtran alrededor de 180 litros de sangre al día, eliminando toxinas y regulando electrolitos. Según la Asociación Nacional de Nefrología, aproximadamente 10 % de la población adulta sufre alguna forma de enfermedad renal crónica, y gran parte de los casos está relacionada con factores modificables, entre ellos la alimentación.
Los tres alimentos que pueden ser perjudiciales
El artículo de Diario Panorama destaca tres grupos alimenticios que, cuando se consumen en exceso, pueden comprometer la función renal:
- Productos ultraprocesados con alto contenido de sodio: embutidos, snacks salados y comidas listas para calentar incrementan la presión arterial, factor de riesgo directo para la nefropatía.
- Bebidas azucaradas y refrescos: el exceso de azúcar y fósforo añadido favorece la diabetes y la hipertensión, dos de las principales causas de daño renal.
- Carne roja en grandes cantidades: el alto aporte de proteínas y purinas puede sobrecargar los riñones y aumentar la formación de ácido úrico.
Recomendaciones para proteger la función renal
Los expertos recomiendan adoptar una dieta equilibrada basada en alimentos frescos y ricos en potasio, como frutas, verduras y legumbres. Además, se sugiere limitar la ingesta de sal a menos de 5 g por día, sustituir los refrescos por agua o infusiones sin azúcar y optar por fuentes de proteína vegetal.
Impacto a nivel nacional
En Argentina, el Ministerio de Salud informó en 2023 que la enfermedad renal crónica afecta a 1,2 millones de personas. Promover hábitos alimenticios saludables es una estrategia clave para reducir esa cifra y aliviar la carga sobre el sistema de salud.
Conclusión
Modificar pequeños hábitos cotidianos, como leer las etiquetas de los alimentos y elegir opciones menos procesadas, puede marcar una gran diferencia en la salud de los riñones y, por ende, en la calidad de vida a largo plazo.