A pesar de que el reconocido inversor Scott Bessent ha asegurado que el peso argentino pronto se revalorizará y el dólar caerá, la población mantiene su fuerte demanda de la moneda extranjera. El tipo de cambio oficial volvió a romper récords, acercándose al límite de la banda cambiaria, y la incertidumbre persiste en los mercados financieros.
Contexto económico reciente
En los últimos días el tipo de cambio oficial (contado con liqui) superó los 850 pesos por dólar, situándose muy próximo al techo de la banda cambiaria establecida por el BCRA (aproximadamente 845‑860 pesos). Este escenario se produce después de una serie de intervenciones del banco central que intentan contener la volatilidad.
La advertencia de Scott Bessent
Scott Bessent, director de Commonfund Capital y uno de los analistas internacionales más citados en temas de mercados emergentes, declaró en una entrevista reciente que el peso argentino tiene potencial de apreciación en los próximos meses y que el dólar debería iniciar una tendencia a la baja. Bessent subrayó que la política monetaria restrictiva y la mejora de los indicadores de competitividad podrían impulsar la confianza.
Reacción del mercado y la confianza popular
Contrariamente a la expectativa del analista, la población continúa comprando dólares en efectivo y a través de plataformas digitales. La demanda se ve impulsada por el temor a una nueva devaluación y por la percepción de que el dólar es un refugio seguro. Según datos del Banco Central, las compras de divisas en el mercado oficial crecieron un 12 % en la última semana, mientras que el mercado informal registró aumentos similares.
Intervenciones del BCRA y la “pulseada” cambiaria
El 15 de octubre de 2025, el BCRA anunció una serie de operaciones de intervención para estabilizar la cotización, vendiendo reservas internacionales y ajustando la política de encaje. Estas medidas generaron una breve recuperación del peso, pero la presión de los compradores de dólares mantuvo la cotización en niveles récord.
Perspectivas y riesgos
Los analistas locales coinciden en que, aunque la visión de Bessent es optimista, persisten riesgos estructurales: alta inflación, déficit fiscal y la necesidad de reformas profundas. Mientras tanto, la población seguirá buscando proteger su poder adquisitivo mediante la compra de dólares, lo que podría mantener la banda cambiaria bajo presión durante los próximos meses.
Conclusión
La divergencia entre la expectativa de los expertos internacionales y la conducta de los argentinos refleja la complejidad del escenario económico actual. La balanza entre la intervención del Estado y la confianza del público determinará la evolución del tipo de cambio en el corto plazo.