El domingo 20 de octubre de 2025 Bolivia vivió un balotaje sin precedentes, en el que dos candidatos de derecha se disputaron la presidencia, poniendo fin a dos décadas de gobiernos izquierdistas. Juan Carlos “Tuto” Quiroga, liberal apoyado por Javier Milei, y un candidato conservador que lideró las encuestas, compitieron por encabezar el futuro político del país.
Contexto histórico
Desde la llegada al poder de Evo Morales en 2006, Bolivia estuvo gobernada por la izquierda bajo el Movimiento al Socialismo (MAS). Ese periodo de veinte años concluyó con la convocatoria al segundo turno de las elecciones presidenciales del 2025, una primera en la historia reciente del país.
Candidatos en la disputa
El balotaje enfrentó a Juan Carlos “Tuto” Quiroga, un economista liberal que recibió el respaldo del polémico presidente argentino Javier Milei, y al candidato conservador que encabezó las encuestas de la primera vuelta. Ambos propusieron una agenda de apertura de mercados, reforzamiento de la inversión extranjera y alianzas estratégicas con naciones del bloque occidental.
Resultados y participación
La jornada electoral se desarrolló bajo estrictas medidas de transparencia. La participación ciudadana alcanzó el 68 % del padrón electoral, una cifra superior al 60 % registrado en la primera vuelta. Los primeros resultados mostraron una estrecha ventaja para el conservador, aunque la diferencia se mantuvo dentro del margen de error, manteniendo el suspense hasta la transmisión final.
Implicaciones para Bolivia
El posible cambio de gobierno implica una reorientación de la política económica, con expectativas de reformas estructurales, mayor integración regional y una postura más alineada con los mercados internacionales. Los analistas advierten que la transición requerirá una gestión cuidadosa para evitar tensiones sociales y consolidar la estabilidad institucional.
Reacciones internacionales
Varios gobiernos latinoamericanos y organismos multilaterales expresaron su interés en un proceso electoral pacífico y transparente. Estados Unidos, la Unión Europea y países del Mercosur se mostraron atentos a los resultados, considerando oportunidades de cooperación en energía, minería y desarrollo sostenible.