A pocos días de la gran contienda electoral del 29 de octubre, los bonos soberanos de Argentina registraron una caída de hasta el 2,6% mientras que los ADRs de compañías locales mostraron un repunte. El fuerte del dólar y la falta de resultados claros de la ayuda estadounidense alimentan la incertidumbre en los mercados.
Contexto electoral
Las elecciones presidenciales de Argentina están programadas para el 29 de octubre de 2025. Con apenas dos semanas restantes, los agentes del mercado evalúan el impacto de las promesas de campaña y los posibles cambios en la política económica.
Caída de los bonos soberanos
En la jornada del 14 de octubre de 2025, los bonos argentinos cotizados en dólares experimentaron una pérdida de hasta 2,6 %. La presión provino del fortalecimiento del dólar en los mercados internacionales y del escepticismo respecto al cumplimiento de los compromisos de deuda.
Rebote de los ADRs
Contrariamente a la tendencia de los bonos, los American Depositary Receipts (ADRs) de varias empresas argentinas lograron revertir su caída, ofreciendo a los inversores un respiro ante la volatilidad. El repunte estuvo impulsado por la expectativa de que algunos sectores podrían beneficiarse de medidas de estabilización anunciadas por los candidatos.
Fuerte del dólar y percepción de riesgo
El dólar estadounidense siguió al alza, alcanzando niveles que fueron interpretados como una señal de desconfianza en la política monetaria local. Según Página/12, la “fuerte suba del dólar” refleja una clara desconfianza del mercado argentino.
Ayuda externa sin resultados claros
El programa de asistencia financiera de Estados Unidos aún no ha tenido el efecto esperado en la estabilización de los precios internos. Perfil destacó que “los bonos caen y el tipo de cambio sigue subiendo”, subrayando la limitada efectividad de la ayuda internacional hasta la fecha.
Perspectivas a corto plazo
Con la fecha electoral cada vez más cercana, los analistas advierten que la volatilidad podría mantenerse. La combinación de incertidumbre política, la presión del dólar y la ausencia de un plan de estabilización claro sugiere que los movimientos de los bonos y los ADRs continuarán siendo sensibles a los anuncios de los candidatos y a cualquier evolución de la negociación de la deuda.