El presidente Nicolás Maduro anunció en octubre de 2025 que Venezuela cuenta con más de cinco mil misiles antiaéreos rusos del tipo Igla‑S, distribuidos en montañas, pueblos y ciudades, reforzando la defensa nacional y generando preocupación en Estados Unidos y sus aliados.
Declaración oficial de Maduro
Durante un acto público en Caracas, el presidente Nicolás Maduro afirmó que el país dispone de “más de 5.000 misiles antiaéreos rusos Igla‑S” instalados en “montañas, pueblos y ciudades”. La información fue difundida por los medios estatales y corroborada por diversas fuentes internacionales.
Características de los misiles Igla‑S
El Igla‑S es un sistema de defensa aérea de fabricación rusa, diseñado para interceptar aviones, helicópteros y drones a corta y media distancia. Cada unidad incluye un lanzador portátil y un panel de control óptico‑electrónico. Se estima que la entrega de este armamento a Venezuela comenzó en 2022 y ha continuado de forma gradual.
Distribución y objetivo estratégico
Según la información proporcionada por el gobierno venezolano, los misiles se encuentran dispersos en zonas estratégicas del territorio, con el objetivo de “garantizar la soberanía nacional y proteger la paz” frente a cualquier amenaza externa.
Reacción de la comunidad internacional
Estados Unidos y varios países de la OTAN han manifestado su preocupación ante el aumento del arsenal bélico venezolano. Expertos de defensa señalan que, aunque el Igla‑S es principalmente un sistema antiaéreo, su presencia refuerza la capacidad de disuasión del país y complica la planificación de posibles operaciones militares en la región.
Contexto de la cooperación Venezuela‑Rusia
La declaración de Maduro se produce en el marco de una relación bilateral que se ha intensificado en los últimos años, con acuerdos de cooperación en energía, infraestructura y defensa. Además de los misiles Igla‑S, Venezuela ha recibido aviones de combate y equipos de comunicaciones según fuentes oficiales.
Implicaciones para la seguridad regional
El aumento del inventario de misiles rusos en Venezuela podría modificar el equilibrio estratégico en el Caribe y la zona del estrecho de Orinoco. Analistas advierten que la posibilidad de una escalada de tensiones requerirá una mayor diplomacia y canales de diálogo entre Caracas, Moscú y Washington.