En declaraciones realizadas esta semana el expresidente Mauricio Macri dejó claro que no considera viable un cogobierno con Javier Milei. El dirigente del PRO señaló que esperará a los comicios de octubre 2025 para definir los términos y condiciones de cualquier posible acuerdo, mientras la alianza PRO‑LLA avanza con diferencias cada vez más marcadas.
Macri se distancia de Milei
El expresidente Mauricio Macri, de 66 años, afirmó en una entrevista que su proyecto político no contempla compartir el poder con el presidente Javier Milei, de 53 años. Según Macri, cualquier iniciativa de coalición debe esperar a la fecha de las elecciones generales, previstas para octubre de 2025, para ser evaluada bajo criterios claros y estructurados.
Postura del PRO
El líder del PRO manifestó que, aunque mantiene una relación de respeto con la administración actual, no ve factible un arreglo que implique la integración del gabinete de Milei. En palabras del dirigente, “el momento de negociar está condicionado al voto popular y a la capacidad de ofrecer una alternativa coherente”.
Reacciones del bloque La Libertad Avanza
Por su parte, la coalición liderada por Javier Milei y La Libertad Avanza ha respondido con cautela, subrayando que la propuesta de Macri llega demasiado tardía y que los divergencias de origen entre ambos grupos son difíciles de conciliar.
Escenario político de cara a las elecciones
Con las elecciones a pocos meses, el panorama político se perfila como una contienda entre el PRO, que busca reforzar su bloque propio en el Congreso, y el LLA, que mantiene su línea de libertarismo económico. Analistas coinciden en que la ausencia de un acuerdo entre Macri y Milei podría traducirse en una mayor fragmentación del voto de centro‑derecha.
En el contexto de la campaña, los partidos intentan definir alianzas estratégicas que les permitan superar el umbral electoral y consolidar cargos tanto a nivel legislativo como ejecutivo. La postura firme de Macri de esperar a la convocatoria popular puede ser interpretada como una apuesta a la legitimidad del voto como motor de futuras negociaciones.