Un reconocido cardiólogo de Nueva Jersey advierte que algunos tipos de queso, por su alto contenido de grasas saturadas y sodio, pueden elevar significativamente el riesgo cardiovascular. Conoce cuáles son los culpables y qué alternativas más saludables puedes elegir para cuidar tu corazón sin renunciar al placer del sabor.
¿Qué quesos afectan al corazón?
En una entrevista publicada por La Nación, un cardiólogo de Nueva Jersey señaló que no todos los quesos son iguales a la hora de proteger la salud cardiovascular. Los productos más problemáticos son aquellos con alto contenido de grasas saturadas y sodio, dos factores directamente asociados al aumento de la presión arterial y al endurecimiento de las arterias.
Quesos con mayor riesgo
- Queso procesado en lonchas: elaborado con aditivos y alto contenido de sal, es uno de los más dañinos para la presión arterial.
- Queso cheddar envejecido: su proceso de maduración concentra grasas saturadas, lo que eleva el colesterol LDL.
- Blue cheese (queso azul): además de su fuerte sabor, contiene una cantidad significativa de sodio.
- Feta: aunque es popular en ensaladas, su curación en salmuera lo hace rico en sodio.
- Gouda y Gruyère: quesos duros que, al ser envejecidos, presentan niveles elevados de grasas saturadas.
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¿Por qué son peligrosos?
El consumo excesivo de estas variedades contribuye a:
- Incrementar los niveles de colesterol malo (LDL).
- Elevar la presión arterial por el exceso de sodio.
- Favorecer la inflamación de los vasos sanguíneos, factor clave en la aterosclerosis.
Recomendaciones para disfrutar del queso sin dañar tu corazón
El especialista también ofreció alternativas más saludables:
- Queso mozzarella bajo en grasa: aporta calcio y proteínas con menor contenido de grasas saturadas.
- Queso ricotta: ligero y rico en proteínas, ideal para recetas dulces o saladas.
- Queso cottage: bajo en grasa y sodio, excelente como snack o acompañamiento.
- Quesos de cabra frescos: ofrecen sabores intensos con menos grasa saturada que los quesos duros.
Además, el cardiólogo sugiere moderar la porción a no más de 30 g al día y combinar el queso con alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras, para equilibrar su impacto en la salud.
Conclusión
Si bien el queso sigue siendo un alimento nutritivo, es fundamental elegir las variedades correctas y consumirlas con moderación. Priorizar opciones bajas en grasa y sodio puede ayudar a mantener una presión arterial saludable y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.