El actor sueco Björn Andrésen, conocido mundialmente como el “niño más hermoso del mundo” por su papel de Tadzio en “Muerte en Venecia”, falleció a los 70 años. Su vida, marcada por la fama temprana, el escrutinio mediático y una carrera artística singular, vuelve a ser recordada tras su muerte, que ha conmocionado a fanáticos y colegas del cine.
Fallecimiento de Björn Andrésen
El actor sueco Björn Andrésen murió a la edad de 70 años. Las noticias se difundieron a través de diversos medios locales e internacionales, entre ellos Infobae, Clarín y El País, confirmando el fin de una figura que, desde los años 70, quedó grabada en la cultura popular.
Un icono nacido bajo los reflectores
Andrésen alcanzó la fama a los 15 años cuando interpretó a Tadzio en la adaptación cinematográfica de Muerte en Venecia (1971), dirigida por Luchino Visconti. Su belleza etérea y la elegancia del personaje lo convirtieron en símbolo de la juventud idealizada, apodado “el niño más hermoso del mundo” por la prensa internacional.
Trayectoria y vida posterior
Tras el éxito inicial, Andrésen continuó trabajando en cine y televisión, participando en producciones suecas y europeas. Sin embargo, la fama precoz también le trajo una intensa exposición mediática que, según entrevistas, influyó en su vida personal y profesional. A lo largo de los años, se dedicó a la música y a la escritura, manteniendo siempre una relación ambivalente con su icónico papel.</n
En los últimos años, el actor vivió en relativa privacidad, aunque seguía recibiendo invitaciones a eventos y retrospectivas que recordaban su aporte al cine clásico.
Reacción del mundo artístico
Colegas, críticos y admiradores han expresado su pesar en redes sociales y comunicados oficiales, destacando la huella indeleble que dejó Andrésen en el cine de autor. Directores y actores recuerdan su elegancia natural y la capacidad de transmitir melancolía sin palabras.
Legado cultural
El legado de Björn Andrésen se mantiene vivo en la imagen de Tadzio, una referencia constante en discusiones sobre la estética juvenil y la representación de la belleza en la pantalla. Su historia continúa inspirando análisis sobre los efectos de la fama temprana y la identidad artística.