En octubre de 2025 el presidente venezolano Nicolás Maduro anunció la intención de revocar la ciudadanía venezolana del líder opositor Leopoldo López, señalándolo como incitador de una supuesta invasión extranjera. La medida, calificada como una forma inédita de persecución política, ha generado críticas tanto dentro del país como en la comunidad internacional.
Contexto de la propuesta
El mandatario Nicolás Maduro, en un discurso televisado a finales de octubre de 2025, sostuvo que Leopoldo López, expresidente de la Asamblea Nacional y prominente dirigente opositor, había llamado a una invasión de Estados Unidos contra Venezuela. Por ese motivo, Maduro afirmó que el Estado debería “retirar la nacionalidad venezolana” a López, presentándolo como una medida de seguridad nacional.
Reacciones de la oposición
Leopoldo López respondió diciendo que “Maduro tiene mucho miedo, sabe que esto va más allá de una amenaza creíble” y calificó la iniciativa como un intento de silenciar la disidencia mediante mecanismos legales. López, quien se encuentra exiliado, denunció que la medida sería la primera de su tipo en la historia reciente del país.
Respuesta del gobierno interino
El presidente encargado de la Asamblea Nacional, Luis Jorge González Urrutia, rechazó oficialmente la intención de Maduro, señalando que la retirada de la nacionalidad no solo vulnera derechos constitucionales, sino que también constituye una forma de persecución política. González Urrutia afirmó que el Congreso no reconocerá ninguna decisión que pretenda despojar a un ciudadano de su ciudadanía sin un proceso judicial transparente.
Apoyo y críticas internacionales
Varios gobiernos y organizaciones internacionales expresaron su preocupación. En declaraciones públicas, representantes de la Unión Europea y la Organización de los Estados Americanos (OEA) pidieron a Venezuela que respete los derechos humanos y el principio de nacionalidad inalterable. Por su parte, teleSUR destacó el “apoyo internacional” a la medida, aunque la mayoría de fuentes independientes la describen como una estrategia de intimidación.
Implicaciones políticas
Si se llevara a cabo, la revocación de la nacionalidad podría sentar un precedente para futuros casos contra opositores, ampliando el arsenal legal del régimen contra la disidencia. Analistas políticos advierten que esta táctica busca desgastar la legitimidad de la oposición al reducir sus recursos y su capacidad de movilización, tanto dentro como fuera del país.