El presidente Javier Milei invitó a los mandatarios provinciales a la Casa Rosada el 27 de octubre de 2025. Mientras algunos gobernador‑s confirmaron su presencia, otros siguen indecisos y varios fueron excluidos de la convocatoria, generando expectación sobre el balance de poder en ocho provincias clave.
Convocatoria y contexto
El 27 de octubre de 2025 Javier Milei anunció una reunión extraordinaria en la Casa Rosada con los gobernadores de la República. La iniciativa busca consolidar alianzas y definir el “scrutinio definitivo” que, según medios, podría alterar los resultados en ocho provincias durante la fase final de la negociación política.
Gobernadores que confirmaron asistencia
Varios mandatarios ya confirmaron su presencia. Entre ellos se encuentran los gobernadores de regiones tradicionalmente afines al presidente, como Córdoba, Mendoza y Río Negro. En declaraciones públicas resaltaron la importancia de “dialogar” y “coordinar acciones conjuntas” para impulsar la agenda de gobierno.
Gobernadores en duda
Otros gobernadores aún no respondieron o mantienen una postura reservada. Se encuentran en esa lista los mandatarios de Santa Cruz, Tierra del Fuego y Chubut, provincias donde la oposición tiene mayor presencia. Los medios indican que están evaluando la conveniencia política de asistir.
Descartados de la reunión
Según fuentes oficiales, la convocatoria no incluyó a los gobernadores de los partidos que forman la coalición opositora a nivel nacional. En concreto, no fueron invitados los mandatarios de Buenos Aires (liderado por la coalición de centro‑izquierda) y de La Pampa, cuya participación habría sido percibida como contraproducente para la estrategia de Milei.
Implicancias políticas
El llamado de Milei se inscribe en un momento clave: la definición de apoyos en ocho provincias donde el escrutinio definitivo de los resultados electorales podría cambiar el equilibrio de poder. La presencia de los gobernadores afines podría garantizar la consolidación de la mayoría parlamentaria, mientras que la ausencia o la duda de los opositores refuerza la polarización del escenario nacional.
En conclusión, la reunión de la Casa Rosada será un termómetro de la fuerza política del presidente y un indicio de cómo se perfilará el panorama institucional en los próximos meses.