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Descubren un océano oculto a 700 km bajo la superficie terrestre

Un equipo de geólogos de la Universidad Northwestern ha anunciado el hallazgo de un gigantesco reservorio de agua, denominado “Canal Santa Fe”, ubicado a 700 km bajo la corteza. El descubrimiento, que revoluciona la comprensión de la hidrología profunda, podría cambiar la forma en que entendemos la geología del planeta y la circulación del agua en el interior de la Tierra.

Un hallazgo inesperado bajo la corteza terrestre

Un grupo de científicos de la Universidad Northwestern, especializado en geofísica profunda, ha revelado la existencia de un inmenso cuerpo de agua situado a 700 kilómetros bajo la superficie del planeta. El reservorio, al que han nombrado Canal Santa Fe, se descubrió mediante análisis combinados de sísmica de alta resolución y modelado computacional avanzado.

Cómo se llegó al descubrimiento

El equipo utilizó ondas sísmicas generadas por terremotos y explosiones controladas para mapear la estructura del manto terrestre. Las anomalías de velocidad detectadas coincidían con la presencia de fluidos, lo que llevó a los investigadores a profundizar en la interpretación de los datos y a confirmar la hipótesis de un océano subterráneo.

Importancia del descubrimiento

Este hallazgo abre una nueva frontera en la ciencia de la Tierra. Hasta ahora, la mayor parte del agua conocida se encontraba en la superficie, en los océanos, glaciares y acuíferos. La presencia de una masa de agua tan profunda sugiere que el manto puede contener reservas significativas de agua, lo que influye en la dinámica de placas tectónicas y en los procesos de vulcanismo.

Contexto científico

Investigaciones previas ya habían puesto en evidencia pequeñas cantidades de agua atrapadas en minerales del manto, pero nunca se había detectado una entidad tan extensa. El descubrimiento del Canal Santa Fe podría explicar fenómenos como la generación de magma rico en volátiles y la velocidad de movimiento de algunas fallas tectónicas.

Próximos pasos

Los investigadores planean profundizar el estudio con perforaciones experimentales y simulaciones de laboratorio para determinar la composición química del agua y su interacción con los minerales circundantes. Además, se evaluará el posible impacto en la modelación climática a largo plazo, dado que el agua profunda podría actuar como un regulador térmico del interior terrestre.

El estudio completo será publicado próximamente en la revista Nature Geoscience, y la comunidad científica mundial sigue a la espera de los detalles que podrían redefinir la geología del planeta.