Un equipo internacional liderado por el Observatorio Europeo Austral (ESO) ha publicado la primera fotografía directa de un planeta en proceso de formación, denominado PDS 70 c, que gira dentro del anillo de polvo que rodea a su estrella natal a 370 años‑luz de distancia. La captura, realizada con el VLT en Chile, evidencia emisión H‑alpha, señal de intensa acumulación de gas, confirmando predicciones sobre la formación de gigantes gaseosos.
Un hito histórico en la astronomía
El 28 de octubre de 2025 el Observatorio Europeo Austral (ESO) dio a conocer la imagen más temprana jamás obtenida de un planeta en fase de nacimiento. El objeto, llamado PDS 70 c, se encuentra a aproximadamente 370 años‑luz en la constelación de Centaurus, orbitando la joven estrella PDS 70, que tiene apenas 2 millones de años.
Cómo se logró la captura
La observación se realizó con el Very Large Telescope (VLT) de Chile, utilizando el instrumento de alto contraste SPHERE. Gracias a la técnica de coronografía y a la detección de luz H‑alpha (longitud de onda 656 nm), los astrónomos pudieron separar la tenue luz del planeta de la brillante del disco circundante.
Características del planeta bebé
- Mass: entre 5 y 9 masas jovianas (aprox. 1.6‑2.9×10²⁸ kg).
- Distancia orbital: ≈ 35 UA del centro de la estrella.
- Temperatura superficial estimada: ≈ 1 200 K.
- Emisión H‑alpha: indica una tasa de acreción de ≈ 10⁻⁸ M☉ a⁻¹, señal de que el planeta sigue acumulando gas.
Importancia científica
Hasta ahora sólo se habían fotografiado exoplanetas ya consolidados (por ejemplo, el propio PDS 70 b). Esta imagen valida directamente los modelos de acreción de núcleo que predicen que los gigantes gaseosos pueden formarse en pocos millones de años dentro de discos protoplanetarios densos.
Reacciones de la comunidad
El descubrimiento ha sido recibido con entusiasmo por la comunidad internacional. La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) ya contemplan incluir a PDS 70 c como objetivo prioritario para futuros observatorios como el James Webb Space Telescope y el Extremely Large Telescope (ELT), con el fin de estudiar su atmósfera y composición química.
Próximos pasos
Se programarán observaciones de seguimiento en diferentes longitudes de onda (infrarrojo cercano y sub‑milimétrico) para mapear el material circundante y medir la evolución de la tasa de acreción en los próximos años.