Desde su descubrimiento en enero de 2022, el cometa interplanetario 3I/ATLAS ha detenido a astrónomos de todo el mundo. Su brillante cola azul, la detección de agua y los debates sobre su origen extraterrestre lo convierten en uno de los objetos más fascinantes del Sistema Solar.
Descubrimiento y trayectoria
El 3I/ATLAS fue identificado por el proyecto ATLAS (Astronomical Terrestrial-manner Utility for Near-Earth Objects) el 8 de enero de 2022. Sus parámetros orbitales mostraron una velocidad hiperbólica, confirmando que procedía de fuera del Sistema Solar, convirtiéndose en el tercer objeto interestelar detectado después de ‘Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019).
Características inusuales
Durante su paso por la cercanía del Sol, el cometa alcanzó su perihelio el 7 de marzo de 2022 a una distancia de 1,1 AU. Los observatorios de todo el planeta registraron una cola de tono azul intenso, un fenómeno raramente visto en cometas.
Los espectrógrafos de la NASA, el Observatorio Europeo Austral (ESO) y la Universidad de Harvard analizaron la luz reflejada y emitida, detectando firmas de agua (H₂O), cianuro (CN) y moléculas de carbono (C₂). La combinación de pequeñas partículas de polvo y gases de CO₂ explicaría el color azul, según estudios publicados en 2024.
¿Aliens? El debate y la refutación
Tras la publicación de los primeros resultados, medios como Infobae evocaron la advertencia de Stephen Hawking sobre la posible presencia de civilizaciones extraterrestres. Sin embargo, equipos de investigación de Harvard y del Instituto Max Planck desmontaron rápidamente esas especulaciones, destacando que los datos espectrales son compatibles con procesos cometarios habituales y que no existen señales de tecnología artificial.
Nuevo hallazgo: posible agua en estado libre
En junio de 2025, investigadores del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE) anunciaron la detección de una señal de vapor de agua vinculada a una línea espectral en 1.33 µm, reforzando la hipótesis de que el 3I/ATLAS podría contener reservas de hielo más abundantes que los cometas típicos.
Importancia para la ciencia
El estudio del 3I/ATLAS permite a los científicos comparar la composición química de objetos interestelares con la de los cometas originarios del Sistema Solar, ofreciendo pistas sobre la formación de planetas en otras estrellas. Cada nuevo dato —desde el color de su coma hasta la detección de agua— ayuda a construir un mapa más preciso de la diversidad de cuerpos menores en la galaxia.