Los jefes de Estado y representantes de más de 190 países arribaron a Belém, en la Amazonía brasileña, para la COP30 (30 de noviembre‑12 de diciembre de 2025). Sin la presencia de EE.UU., la cumbre marca un punto crítico: pasar del debate a la acción concreta mientras se combate la desinformación alimentada por la IA.
La COP30 se abre en la Amazonía brasileña
El 30 de noviembre de 2025 dio inicio a la COP30, la trigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en el recinto de convenciones de Belém, capital del estado de Pará. Más de 200 jefes de gobierno, ministros y representantes de la sociedad civil se congregan para definir rutas de reducción de emisiones y adaptación.
Ausencia destacada de EE.UU.
Según reportes de Clarin.com, la delegación de Estados Unidos no estuvo presente en la apertura, una decisión que ha generado inquietud entre los demás líderes. La ausencia subraya la necesidad de un mayor compromiso de los países más emisores.
De la retórica a la acción
El anfitrión brasileño solicitó “menos debate y más acción”, instando a los gobiernos a cumplir los compromisos del Acuerdo de París. Entre los temas clave están la protección de la selva amazónica, la financiación de energías renovables y la implementación de planes de adaptación para comunidades vulnerables.
Riesgo de desinformación impulsada por IA
Un informe publicado por La Nación alerta que la inteligencia artificial está siendo utilizada para generar noticias falsas sobre el clima, distorsionando datos científicos y socavando la credibilidad de la cumbre. Expertos piden mecanismos de verificación y plataformas de fact‑checking durante la COP30.
Impacto económico y social
Las negociaciones incluyen la movilización de US$100 mil millones en fondos climáticos para países en desarrollo. Además, se espera que la cumbre impulse el turismo ecológico en la región amazónica, generando oportunidades para comunidades locales.
Próximos pasos
La agenda de la COP30 contempla sesiones de alto nivel, mesas redondas con científicos y la presentación de planes de acción nacionales. El objetivo final es alcanzar acuerdos vinculantes que reduzcan la temperatura global en al menos 1,5 °C para 2030.