El Estado argentino anunció que la licitación de deuda de noviembre no incluirá emisión de pesos al mercado. La medida, acompañada de un rollover superior al 110%, busca aliviar la presión sobre las tasas de interés y el tipo de cambio. Analizamos el contexto, los efectos en la oferta de bonos y las repercusiones para el dólar y la economía.
Contexto de la licitación de deuda
En la primera licitación de noviembre de 2025, el gobierno decidió no liberar pesos al mercado, optando por una colocación exclusivamente en dólares y en bonos vinculados a la inflación. La decisión se tomó el 5 de noviembre de 2025 y forma parte de una estrategia para gestionar la carga de deuda sin generar nueva presión inflacionaria.
Rollover superior al 110%
Según el informe de Perfil, la operación logró un rollover mayor al 110 %, lo que significa que la mayor parte de los vencimientos se refinanció con condiciones más favorables. Esta cifra demuestra la confianza del mercado en la capacidad de pago del Estado y reduce el riesgo de refinanciación abrupta.
Reducción de tasas y efecto “Anker”
Los principales bancos y fondos que participaron en la licitación obtuvieron tasas más bajas que las de la última emisión en julio de 2025. La medida también provocó la desaparición del llamado efecto Anker, una presión alcista sobre el dólar asociada a la necesidad de financiar déficits con pesos, según reportó Clarín.
Impacto en el tipo de cambio
Al no emitir pesos, la oferta de moneda local se mantuvo estable, lo que contribuyó a una ligera baja del dólar reportada por Página/12. La disminución del tipo de cambio favorece a importadores y a los consumidores que dependen de productos importados.
Reacciones del mercado y perspectivas
Analistas de Ámbito resaltan que la renovación de todos los vencimientos y la extensión de plazos fortalecen la hoja de balance del Tesoro, permitiendo una planificación más amplia de la política fiscal. Sin embargo, advierten que el mantenimiento de la disciplina fiscal seguirá siendo clave para evitar nuevas tensiones en los mercados de bonos.
En resumen, la decisión de no liberar pesos busca equilibrar la necesidad de financiamiento con la estabilidad macroeconómica, al tiempo que genera un entorno más benigno para las tasas de interés y el tipo de cambio.