Por primera vez, Estados Unidos envía aviones de guerra a la base militar de Ilopango, El Salvador, como parte de una operación que podría incluir ataques en la zona, mientras incrementa la presencia de tropas estadounidenses en Centroamérica.
Despliegue histórico en territorio salvadoreño
El 5 de noviembre de 2025, la Fuerza Aérea de EE.UU. trasladó varios aviones de ataque, entre ellos modelos F‑16 Fighting Falcon, a la base aérea militar de Ilopango, ubicada cerca de San Salvador. Este movimiento constituye el primer envío de aeronaves de combate a suelo salvadoreño.
Objetivo de la misión
Según declaraciones del Departamento de Defensa, los aviones forman parte de la operación “Aegis Guard”, diseñada para reforzar la capacidad de respuesta rápida ante crises en la región. Las autoridades estadounidenses indican que las misiones podrían incluir ataques preventivos o de represalia en caso de que se materialicen amenazas contra intereses estadounidenses o de sus aliados.
Incremento de la presencia terrestre
Paralelamente al despliegue aéreo, el número de soldados estadounidenses en Centroamérica ha aumentado en los últimos meses, con un contingente de varios cientos de efectivos integrado a la Joint Task Force dirigida por el Ejército de EE.UU. Este refuerzo se enmarca dentro de una estrategia más amplia de seguridad regional.
Reacción internacional y regional
El anuncio ha generado reacciones mixtas. Gobiernos vecinos, como México y Costa Rica, han solicitado una mayor claridad sobre los propósitos de la operación, mientras que organizaciones de derechos humanos advierten sobre el riesgo de una escalada militar. Por su parte, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha manifestado su apoyo al acuerdo de defensa bilateral, subrayando la importancia de la cooperación para garantizar la estabilidad.
Implicaciones geopolíticas
Este despliegue ocurre en un contexto de crecientes tensiones entre EE.UU. y algunos gobiernos latinoamericanos, particularmente en torno a la situación en Venezuela. Analistas afirman que la presencia de aviones estadounidenses en El Salvador podría servir como plataforma de lanzamiento para operaciones aéreas en la zona, aportando una mayor proximidad estratégica.