La actriz Blake Lively, de 38 años, interpuso una demanda de 161 millones de dólares contra el director Justin Baldoni, acusándolo de lanzar una campaña difamatoria que habría dañado su reputación y sus ingresos. La jugada se suma a un contra‑proceso de 400 millones que Baldoni había presentado y que fue desestimado por la justicia.
Antecedentes del conflicto
Blake Lively, conocida por su papel en “Gossip Girl” y “A Simple Favor”, presentó recientemente una demanda civil en la que solicita 161 millones de dólares por los daños causados por lo que califica como una “campaña difamatoria” orquestada por el director y actor Justin Baldoni.
Según la demanda, Baldoni habría difundido información falsa y ofensiva sobre la actriz en redes sociales y en medios de comunicación, generando un perjuicio relevante a su imagen pública, a su capacidad de generar ingresos y provocándole un fuerte impacto emocional.
Detalles de la demanda
La solicitud incluye los siguientes rubros:
- Daños morales y emocionales.
- Pérdida de oportunidades profesionales y contratos publicitarios.
- Daños a la reputación y al valor de la marca personal.
La cifra reclamada se sustenta en estimaciones de ingresos futuros que la actriz habría dejado de percibir por el daño a su reputación, además de una compensación por el sufrimiento personal.
Respuesta de Justin Baldoni
Justin Baldoni, director de la serie “Parks & Recreation” y de proyectos como “The Birth of a Nation”, había presentado previamente una contrademanda por 400 millones de dólares contra Blake Lively y su esposo Ryan Reynolds, acusándolos de lanzar una campaña de acoso digital contra él.
Sin embargo, un juez federal desestimó la contrademanda, argumentando que no existían pruebas suficientes que respaldaran las acusaciones de Baldoni.
Contexto legal
En el derecho estadounidense, la difamación implica la publicación de información falsa que daña la reputación de una persona. Para ganar un caso, el demandante debe demostrar que la información es falsas, que fue publicada con malicia o negligencia y que causó un daño real.
En casos de figuras públicas como Lively y Baldoni, la carga de prueba es mayor, pues deben probar “malicia real”, es decir, que el autor sabía que la información era falsa o actuó con una temeraria indiferencia a la verdad.
Repercusiones en la industria
El caso ha generado amplio debate en Hollywood sobre el uso de las redes sociales, la rapidez con la que se difunden rumores y la necesidad de mecanismos legales para proteger la reputación de los artistas.
Expertos en derecho de entretenimiento señalan que este tipo de demandas, aunque costosas, sirven como precedente para establecer límites claros entre la libertad de expresión y la difamación.