El legendario humorista y conductor Cacho de la Cruz falleció a principios de noviembre de 2025, dejando un legado de risas que marcó varias generaciones en Uruguay y Argentina. Su último acto público fue un espectáculo de magia hace menos de un mes, y su velorio se realizará en Montevideo.
Fallecimiento y causas
El reconocido humorista argentino‑uruguayo Cacho de la Cruz murió por problemas respiratorios, según informaron los hospitales de Montevideo. Tenía 88 años y había sido internado varios días antes de su fallecimiento.
Trayectoria de un pionero del humor
Cacho de la Cruz, nacido en 1937, se consolidó como una de las voces más queridas de la televisión de la región. Inició su carrera en la década de 1960 como músico y lateró hacia la comedia, participando en programas de gran éxito como “Telecataplum”, “Hiperbolich” y “El Show de Cacho”. Su estilo combinaba la sátira política, el humor popular y la improvisación, creando personajes que se volvieron parte del acervo cultural de Uruguay y Argentina.
Última aparición pública
Su última aparición fue hace menos de un mes, cuando acompañó a un mago en un show de ilusionismo transmitido por la televisión uruguaya. El video del espectáculo se volvió viral, demostrando que su carisma seguía intacto pese a la edad.
Velorio y homenaje
El velorio se llevará a cabo en el Cementerio del Norte de Montevideo, donde familiares, amigos y seguidores podrán rendirle su último homenaje. La comunidad artística ha anunciado una serie de notas de prensa y programas especiales para recordar su aporte al humor y la televisión.
Legado y reconocimiento
Más allá de sus logros televisivos, Cacho de la Cruz es recordado como un puente cultural entre Uruguay y Argentina. Su capacidad para generar risa y reflexión lo convirtió en una figura esencial del entretenimiento latinoamericano. El Ministerio de Cultura de Uruguay declaró un día de luto oficial en su honor.
Con su partida, se cierra un capítulo histórico del humor de la región, pero su obra seguirá viva en los archivos televisivos, los recorridos de la radio y, sobre todo, en la memoria colectiva de quienes crecieron escuchando sus chistes.