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Argentina se posiciona entre los países con mayor uso de efectivo a nivel mundial

Un nuevo estudio global revela que Argentina mantiene una de las mayores proporciones de pagos en efectivo del planeta, situándose entre los diez países que más recurren al dinero físico, a la par de economías desarrolladas con alta informalidad.

El estudio que revela la preferencia por el efectivo

Según el informe “Ranking global del dinero” publicado por Ámbito Financiero en 2024, Argentina aparece dentro de los diez primeros países en cuanto al uso del efectivo en transacciones cotidianas. El análisis, que abarca datos de más de 150 economías, se basa en encuestas de consumo, registros de punto de venta y estadísticas de bancos centrales.

¿Qué significa usar efectivo?

El efectivo incluye billetes y monedas que se emplean para pagar bienes y servicios sin intermediación digital. Su uso se mide como el porcentaje de transacciones totales realizadas en efectivo y como la participación del dinero físico en el volumen total de pagos.

Causas del alto consumo de efectivo en Argentina

  • Economía informal: Un sector significativo de la actividad económica opera fuera del registro oficial, lo que favorece el uso de billetes y monedas.
  • Preferencia cultural: Muchos consumidores asocian el efectivo con mayor control sobre sus finanzas.
  • Limitaciones de la infraestructura digital: En zonas rurales y en algunos comercios pequeños, la disponibilidad de terminales de pago electrónico sigue siendo reducida.

Repercusiones para la política económica

El predominio del efectivo implica desafíos para la lucha contra la evasión fiscal, el lavado de dinero y la inclusión financiera. Al mismo tiempo, abre oportunidades para que instituciones y fintechs impulsen soluciones de pago móvil y tarjetas de bajo costo, orientadas a reducir la dependencia del dinero físico.

Perspectivas a futuro

Los analistas coinciden en que, aunque el uso del efectivo seguirá siendo relevante en el mediano plazo, la tendencia global apunta a una digitalización creciente de los pagos. Políticas que mejoren la infraestructura de pagos electrónicos, promuevan la educación financiera y ofrezcan incentivos para el uso de medios digitales podrían acelerar la transición.