El gobierno argentino intensificó la compra de dólares para reforzar sus reservas y habilitar una nueva fase de remonetización en pesos. La medida está vinculada al desempeño de la deuda privada y al objetivo de acumular más de US$9.000 millones en dos meses para cumplir con los requisitos del FMI.
Contexto de la remonetización
Tras meses de alta inflación y restricciones cambiarias, el Ejecutivo busca volver a incorporar el peso en la economía formal mediante la llamada remonetización. La estrategia consiste en ofrecer dólares a los agentes del mercado para que, a cambio, emitan pesos que alimenten la liquidez interna.
Compra de dólares y reservas oficiales
Con el dólar acercándose al techo de la banda oficial, el Banco Central empezó a comprar reservas en el mercado local, según informó Clarin.com. La medida pretende estabilizar la cotización y crear un colchón suficiente para respaldar la emisión de pesos.
Depósitos del Tesoro y vencimientos de deuda
El Tesoro nacional aumentó sus depósitos en dólares para cubrir el vencimiento de los intereses del Fondo Monetario Internacional y de la deuda externa, como explicó Perfil. Este movimiento garantiza el pago puntual de los intereses y reduce el riesgo de default.
Meta del FMI: US$9.000 millones en reservas
El Fondo Monetario Internacional exige al país acumular más de US$9.000 millones de reservas en los próximos dos meses. La Nación señaló que, de no lograrlo, Argentina podría enfrentar sanciones financieras y una pérdida de credibilidad en los mercados internacionales.
Perspectivas de consultoras y medidas gubernamentales
Consultoras especializadas advierten que el éxito de la remonetización depende del desempeño de la deuda privada y de la confianza de los inversores. Entre las medidas propuestas están: continuar la compra de dólares, reforzar la negociación de nuevos instrumentos de deuda y mantener la disciplina fiscal para cumplir con los compromisos del FMI.
Qué significa para la población
Si la estrategia funciona, los ciudadanos podrían observar una mayor disponibilidad de pesos en sus cuentas, menor volatilidad cambiaria y una mejora en la capacidad del gobierno para financiar gasto público sin recurrir a la emisión descontrolada.