Una intensa tormenta de ráfagas y lluvias azotó Rosario, provocando árboles caídos, inundaciones y cortes de energía. Las autoridades declaran alerta de vientos para la tarde y cierran vías centrales mientras equipos de emergencia trabajan para restablecer la normalidad.
Daños materiales y afectación en la ciudad
La tormenta, caracterizada por ráfagas de hasta 80 km/h y lluvias torrenciales, provocó la caída de numerosos árboles en barrios como Centro, Alberdi y Pilar. Las avenidas San Lorenzo y España quedaron parcialmente bloqueadas, generando atascos y dificultando la circulación de vehículos de emergencia.
Algunos comercios reportaron filtraciones de agua en sus locales y varios residentes sufrieron daños en sus viviendas, principalmente por techos rotos y encharcamientos. Según la empresa eléctrica, se registraron más de 2.000 cortes de suministro en distintos barrios, que van siendo restablecidos progresivamente.
Alerta de vientos y medidas preventivas
Ante la persistencia de vientos fuertes, la Dirección Provincial de Meteorología emitió una Alerta de Vientos para la tarde, indicando que se esperan ráfagas superiores a los 70 km/h. Esta alerta obliga a los municipios a retirar objetos que pudieran volar y a reforzar la seguridad en vías públicas.
Se ordenó el corte temporal de tráfico en calles céntricas como 9 de Julio y San Martín, mientras los equipos de limpieza retiraban los árboles caídos. La policía municipal solicitó a los vecinos evitar desplazarse en automóvil si no es imprescindible.
Respuesta de las autoridades y la comunidad
El Gobierno de la Provincia activó el Plan de Emergencia Municipal, desplegando más de 150 operativos de bomberos y personal de la Defensa Civil. Además, se habilitaron centros de albergue para personas que quedaron sin vivienda.
Organizaciones vecinales y voluntarios ya se han sumado a la labor de limpieza, ofreciendo ayuda a los damnificados y distribuyendo alimentos y agua potable.
Qué significa una alerta de vientos
Una alerta de vientos es una advertencia oficial que indica la probabilidad de vientos sostenidos o ráfagas que superan los umbrales de seguridad. Su objetivo es prevenir daños estructurales, caídas de árboles y accidentes de tránsito, y suele acompañarse de recomendaciones como asegurar objetos sueltos y limitar viajes.