Imágenes de observación orbital y pericias en terreno confirman que el fuego que empezó el 13 de noviembre en la antigua fábrica de Maglietti, en Ezeiza, consumió materiales altamente inflamables como butano y fósforo rojo, dejando una extensa cicatriz ambiental y una investigación que busca determinar su origen.
Impacto visto desde el espacio
Los datos de los satélites Sentinel‑2 y Landsat‑8 publicados el 15 de noviembre muestran una zona de vegetación y suelo de aproximadamente 30 hectáreas con reflectancia típica de áreas quemadas. La columna de humo, que alcanzó varios kilómetros de altura, quedó claramente marcada en las imágenes en tonos rojizos y gris oscuro, evidencia de la gran cantidad de material combustible incinerado.
¿Qué se quemó?
Según los informes de Infobae y Clarin.com, la instalación albergaba grandes tanques de gas butano, depósitos de fósforo rojo y otras sustancias químicas catalogadas como tóxicas. La combinación de estos compuestos explica la intensidad del incendio y la rápida propagación del fuego, que alcanzó la explosión de varios tanques a las 02:30 h (hora local).
Pericias y responsabilidades
Las autoridades iniciaron peritajes el 16 de noviembre para determinar las causas del siniestro. El intendente de Ezeiza, Juan José Cárdenas, declaró que “elijo creer que el incendio no fue intencional”, mientras que la investigación se centra en la posible negligencia en el almacenamiento y manejo de los materiales inflamables.
El hombre detrás de la fábrica
Juan Manuel Lago, socio de la familia Maglietti, perdió la planta que fungía como almacén y taller de fabricación de productos químicos. La prensa local (La Nación) destacó su trayectoria empresarial y el impacto económico que la pérdida supone para la zona, donde la fábrica generaba alrededor de 80 empleos directos.
Consecuencias medioambientales y sociales
Los residentes de los barrios aledanos fueron evacuados temporalmente y se reportaron problemas de calidad del aire. Los expertos en medio ambiente alertan sobre la posible contaminación del suelo y de la cuenca del arroyo del Río de la Plata, lo que requerirá monitoreo a largo plazo.
Próximos pasos
Las autoridades municipales coordinarán con la Agencia Nacional de Residuos Peligrosos (ANRP) para la descontaminación del sitio y la restitución del área a usos industriales seguros. La comunidad espera respuestas claras y la aplicación de normas más estrictas para evitar futuros incidentes.
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