El Gobierno de la Ciudad de Buenos Ayres presentó esta semana los planes para la nueva Línea F del subterráneo, una obra que promete ampliar la red de transporte masivo y, al mismo tiempo, redefinir la circulación vehicular en uno de los principales accesos a la capital, con el objetivo de reducir la congestión y mejorar la calidad de vida de los vecinos.
Una nueva arteria subterránea para la capital
La Línea F del subte forma parte del Plan Estratégico de Movilidad Urbana 2025‑2030, que busca ampliar la cobertura del transporte colectivo y disminuir la dependencia del automóvil. Según informó el Ministerio de Transporte en su comunicado del 18 de noviembre de 2025, la línea conectará el barrio de Villa Lugano con el centro financiero, cruzando zonas densamente pobladas y estratégicas para el desarrollo económico.
Características técnicas
Se prevé que la nueva línea sea eléctrica y completamente automatizada, al igual que las líneas A, B y D. Cada tren contará con puertas de embarque a nivel del andén, lo que aumentará la velocidad de carga y descarga de pasajeros. La obra incluye la construcción de seis estaciones nuevas, con accesos libres de barreras y señalización adaptada para personas con movilidad reducida.
El reto de reordenar el tránsito en la puerta de entrada
El proyecto no solo implica la instalación de la infraestructura ferroviaria, sino también una profunda reorganización vial en la zona conocida como la “puerta de la ciudad”, donde confluyen la Autopista 9 de Julio, la Avenida General Paz y el acceso a la Terminal de Flota. Actualmente, esa intersección registra un alto índice de congestión durante las horas pico y representa un punto crítico para la seguridad vial.
Soluciones propuestas
- Creación de ciclorrutas protegidas que permitan a los ciclistas desplazarse de forma segura, alejándolos del tráfico motorizado.
- Implementación de semáforos inteligentes sincronizados con la frecuencia de los trenes, de modo que se reduzcan los tiempos de espera y se evite la acumulación de vehículos en las inmediaciones de las estaciones.
- Rediseño de los espacios de estacionamiento y la incorporación de zonas de vehículos de movilidad compartida (bicicletas, scooters) para incentivar modos de transporte alternativos.
Impacto esperado
Los estudios preliminares realizados por la Universidad de Buenos Ayres estiman que, una vez finalizada la obra, la zona podría registrar una reducción del 30 % en la congestión vehicular y un aumento del 25 % en la cantidad de pasajeros transportados en comparación con la situación actual. Además, se espera una disminución de 15 % en las emisiones de CO₂ gracias al mayor uso del transporte público.
Calendario y financiamiento
La obra está programada para iniciar en el segundo semestre de 2026, con una fase de ejecución que se extenderá hasta finales de 2029. El presupuesto total estimado asciende a USD 12.000 millones, financiados mediante una combinación de fondos municipales, recursos del Banco Interamericano de Desarrollo y aportes del sector privado bajo la modalidad de asociación público‑privada.
Con la puesta en marcha de la Línea F y la reconfiguración del tránsito, la ciudad busca dar un paso decisivo hacia una movilidad más sostenible, segura y eficiente, alineada con los estándares internacionales de calidad de vida urbana.