Los relojes inteligentes han irrumpido en la medicina preventiva, prometiendo detectar arritmias cardíacas desde la muñeca. Estudios recientes revelan una alta sensibilidad para la fibrilación auricular, pero también señalan importantes limitaciones técnicas y clínicas que deben superarse antes de confiar plenamente en estos dispositivos.
¿Qué son las arritmias y por qué importan?
Una arritmia es cualquier alteración del ritmo cardíaco normal. La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente y aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular y de insuficiencia cardíaca. Detectarla precozmente permite iniciar anticoagulación y otras terapias que reducen la morbilidad.
Cómo los smartwatches detectan la FA
Los modelos más avanzados (Apple Watch Series 4 y posteriores, Samsung Galaxy Watch 4, Fitbit Sense) incorporan sensores ópticos y, en algunos casos, electrocardiogramas (ECG) de una sola derivación. El algoritmo analiza la variabilidad de los intervalos RR y busca patrones compatibles con FA.
Datos de precisión
- Apple Watch: estudio publicado en JAMA Cardiology (2022) con 419 participantes mostró una sensibilidad del 98 % y especificidad del 99 % para episodios de FA comparados con Holter de 30 días.
- Samsung Galaxy Watch 4: investigación de la Universidad de Stanford (2023) reportó sensibilidad del 80 % y especificidad del 90 % en una cohorte de 150 adultos.
- Fitbit Sense: estudio europeo (2021) encontró sensibilidad del 92 % y especificidad del 95 % para detección puntual de FA.
Desafíos y limitaciones actuales
Aunque los números son prometedores, existen varios retos que dificultan una adopción plena:
- Falsos positivos: los algoritmos pueden confundir artefactos de movimiento o bradicardia con FA, generando alarmas innecesarias y ansiedad en el usuario.
- Confirmación clínica: la detección de FA mediante smartwatch no sustituye a un ECG de 12 derivaciones; siempre se requiere confirmación médica.
- Detección limitada de otras arritmias: la mayoría de los dispositivos solo están validados para FA; la detección de taquicardias ventriculares, bloqueo AV u otras irregularidades sigue siendo poco fiable.
- Variabilidad según tono de piel y postura: la señal óptica puede degradarse en pieles más oscuras o cuando el usuario tiene la muñeca húmeda, disminuyendo la precisión.
- Adherencia del usuario: la efectividad depende de la constancia en el uso del smartwatch y de activar las funciones de detección según indicaciones.
Regulación y futuro
Desde 2018, la FDA (Estados Unidos) ha autorizado el Apple Watch y el Fitbit Sense como dispositivos de Clase II para detección de FA, lo que implica requisitos de garantía de seguridad y eficacia. En Europa, la marca CE ha reconocido funciones similares. La investigación continúa mejorando los algoritmos mediante aprendizaje automático y ampliando la capacidad de detectar una gama más amplia de arritmias.
Conclusión
Los smartwatches representan una herramienta poderosa para la vigilancia cardíaca, especialmente en la detección temprana de fibrilación auricular. No obstante, su uso debe entenderse como complemento, no sustituto, de la evaluación médica tradicional. Con avances tecnológicos y regulaciones robustas, es probable que en los próximos años estos dispositivos se integren de forma segura en la práctica clínica cotidiana.